De cómo Rayito de Sol, en Natura, consiguió el Amor.
Existían tierras tan bendecidas por la naturaleza, tan encantadoras; se respiraba magnitud de grandeza y pureza de aguas cristalinas. Cascadas vírgenes rebosaban el verdor de frondosos árboles, rocío de mañana goteaban en hojas puras de melancolía; en donde el viento y la brisa como fieles hermanos dejaban el más grande y maravilloso regalo de placer de tener una tierra mágica, llena de hadas; luces tecnicolor invadían ambientes creando arco iris propios del lugar. Así era Claridad, un mundo que siempre alumbraba; no conocía la penumbra. Así era Claridad, realidades soñadoras; hasta que el destino coloco su mano en su andar.
¡De repente!
Un sonido andaba en el lugar, iba y venía; se movía a velocidades inimaginables. Luz incandescente alumbraba donde se posaba, pues no había hada más animada y más intranquila que Rayito de Sol.
Preguntaba la Hiedra, mientras era limpiada por el rocío del día. ¿Rayito de Sol, que te inquieta tanto porque acelerada?, te veo feliz; pero nada tranquila.
Tienes razón respondía, Rayito de Sol… Me hablaron las aguas del río Manso.
¡Las aguas del río manso! exclamaba la Hiedra.
Si claro, me dijeron; que cuando el tiempo del día se cumpla y las luciérnagas de la noche se junten, crecerá en mí latente de vida y dice el Manso que eso lo tendríamos que llamar Amor.
¿Amor? Preguntaba la Hiedra, mientras reía ante tal incongruencia.
¡Sí! acelerada Rayito de Sol exclamaba, es el Amor y lo escribió incluso hasta de tiempo me hablo.
Escrito lo dejo en la Roca Madre, que cuando el tiempo del día se cumpla y las luciérnagas de la noche se junten, crecerá en mí latente de vida y eso lo tendríamos que llamar Amor.
De pronto aparece Esperanza, riéndose de Rayito de Sol.
El Amor, a que llamas Amor; que inventas, que hablas, sacas palabras que acá no existen.
¡Si existen! refutaba Rayito de Sol al dirigirse a Esperanza, mientras ella se alejaba poco a poco del lugar.
Suerte amiga. Y seguía riendo, reía certera de que Rayito de Sol estaba equivocada.
Cuando el tiempo del día se cumpla y las luciérnagas de la noche… manso eres sabio, pero tus palabras se ahogan en mi ignorancia, Hiedra y Esperanza como que tienen razón, ¿Qué tratabas de decirme?, ¿Cuándo se cumplirá ese tiempo del día?, ¿Qué es la Noche? , ¿Quién me ayudará?
El Sol, (el que todo lo sabe). Mi padre al fin me podrá explicar, revoloteaba Rayito de Sol.
Tormentas sobrepasaba aquella hada, a sabiendas que; al estar viva en el mundo, no podía ir en busca de quien le dio el ser, ya que se rompería la magia del recuerdo. Pero Rayito de Sol, igual su cometido cumplió.
Entre barreras del alto del cielo, llego al Sol, ¡Padre! Así Rayito lo llamaba, llego el momento en el que teníamos que encontrarnos; te hablo y se esfuma tu recuerdo, tu existencia. Cierro los ojos y mientras me hablas entre el viento, siento que ya te olvido.
Sabía que vendrías, te estaba esperando hija mía.
¡Padre me esperabas!, respondía Rayito.
Si hija, y solo tengo que decirte, no hay mejor tiempo del que tu dispongas; tu dedicación e ímpetu que le pongas a tus propósitos, determinaran el valor que tuviste al visitarme, para ti no existiré jamás, pero no hay más grande verdad, que la que buscas que yo te diga. Ya el tiempo se está cumpliendo, sabes que siempre estaré aquí presente, queriéndote, así como eres, como mi Rayito de Sol. Y así como el destino lo quiso no habrá sol en tu compañía, sino una luz que te protegerá por siempre. Ahora tienes como recuerdo a Aurora, en ella; la noche alcanzarás y así tu cometido obtendrás.
Abriendo los ojos, Esperanza alentadora aparece de nuevo, y dice: continúas en tu búsqueda de lo que llamas Amor.
No rías Esperanza, tengo un camino por recorrer; y no hay más que el Manso para darme esta tarea, por algo será, por algo será…
Rayito de Sol llego de nuevo a la Roca Madre, y en su fijación de lo que buscaba; suena el viento y entre brisas, salen sonidos que se logran escuchar. Aurora, una vez más llegaba ese nombre. Y un nuevo escrito aparecía, Aurora infinito del cielo; final del arco iris, tierras de polen, pétalos de grandes flores. Volvieron las dudas, las preguntas, el querer saber las cosas, a Rayito no le quedo más que gritar y darle un llamado a la hada.
Esperanza…. Y fue tan alto el sonido emitido, que en un abrir y cerrar de ojos; allí Esperanza se encontraba. Necesito de tu ayuda, llévame al final del arco iris a las tierras del polen.
Eran características propias de las hadas de Claridad, su simpatía entre ellas, su colaboración mutua y más que una ayuda; se convertía en una necesidad de Esperanza, mostrar el camino a Rayito.
Llega de nuevo al Río Manso, camina en su andar y cuando caiga verticalmente en caída libre, final de cascada; existirán Oro y Cuarzo que en piedra de Caliza, te mostraran en el agua, un prismas de colores, allí tendrás el comienzo del arco iris. Solo tienes que tener cuidado ya que deberás cruzar el olimpo de los sueños olvidados y no habrá Esperanza que pueda ayudarte, será inevitable lo sucedido; pero es el único camino que existe para llegar a las tierras del polen.
Rayito firme en su deseo, que no quería ver hacia atrás, seguía segura hacia adelante, sabía que tenía que hacerlo. Y así fue, Rayito voló entre los árboles y escuchando los ruidos de las piedras llego al Manso, las mismas aguas que ya hace unos cielos, le hablaron, testigos del llamado del
Amor. Una vez acercándose al río, reflejado en aguas cristalinas ha notado que sus alas, ya no son del mismo color, se han vuelto más blancas.
Río Manso, tu que una vez me hablaste de lo que tenía que buscar, ahora dime que pasa en mí, que en el reflejo en tus aguas, noto que ya no soy la misma, he cambiado, estoy y me siento muy feliz; agradecida por la paz conseguida, y si de verdad debo cambiar físicamente, para sentirme, así como me siento, entonces que continué en mí, ese deseo. Eran palabras que llegaban retumbantes en el pensamiento de Rayito, como si el mismo Manso le hablase.
Sacrificarás cambios para regalarle a Claridad, lo que se merece, fueron las únicas palabras que el Río logro decirle a Rayito.
Eres tú, apareció la Hiedra preguntando…cual enredadera. Eres tú la Hada que una vez logró alumbrarme de alegría, ya no eres la misma; sabes Rayito, no te veo bien, no hagas caso de todo lo que te dicen por allí; mírame a mí, creciendo, extendiéndome frondosa y llenando a Claridad del verdor hermoso que necesita, del verde que Claridad siempre quiso tener.
Rayito no comprendía la tanta belleza, que exclamaba la Hiedra, ella seguía en su propósito de continuar su búsqueda, y así como Esperanza le dijo, estaba dispuesta a andar por las aguas del río manso para llegar a su fin.
Empieza río abajo, rápidas sus aguas llevaban a Rayito por extensas tierras, acostada sobre ellas; sus alas se volvían cada vez más transparentes, tan rápido era su cambio, que se tornaron casi invisibles. Rayito creció, madurando en sí, una enorme centella, que la llevo a adulta, y mientras daba vueltas por el Río, abrió los ojos, dándose cuenta que había llegado al bosque de los samanes, las raíces la rescataban en el lecho del río, ella se levanta, y mirándose en él manso; descubre lo hermosa que se ha convertido.
Quien osa despertarme de mi eterno sueño… Se escucha una voz ronca y fuerte que se desplaza a lo alto de los árboles, eran tan inmensos, que se perdían entre en el cielo y las nubes. Se abren las raíces y dan paso a recibir a tan hermosa visita.
He preguntado de nuevo, ¡Quien osa despertarme!, exclama El Samán Mayor, el padre de los árboles. Rayito toda inquietante, quedando perpleja, se encontraba distraída contemplándose reflejada en el río, lo tanto que había cambiado.
Volteándose al aviso de una de las raíces, y entrando en pánico, descubre lo que había hecho; haberse atrevido a despertar al que siempre estaría dormido, pero allí las raíces hablaron y expresaron ante rayito, que sería inevitable su visita, que una vez el destino, había dejado escrito en la Roca Madre, Os visitareis simpleza de alma, tan pura y hermosa, que tendréis que dejar escapar hojas muertas y raíces malas, para ver nacer continuidad de vida….esas fueron las palabras que una vez estaban escritas.
Continúan las raíces hablando:
Debes acercarte al Samán Mayor, entrando por esta ladera y llévale esta hoja, marchita, tacita, como símbolo de que esto está ocurriendo, era lo que se venía venir, además, el más que nadie sabía que su sueño no era eterno, que el destino le tenía el momento y el momento ha llegado.
Rayito despavorida y con cautela, emprende el camino, ladera abajo; laberintos de cortezas pasaba, aglomerados de texturas la rozaban, hasta que a lo claro del centro del bosque, se consigue tan imponente figura, el Samán Mayor, un árbol tan inmenso como la misma Claridad, tan alto que se perdían sus ramas entre el cielo azul que invadían aquellas tierras.
No camines un paso más, era la voz ronca y fuerte del Samán
Por favor hermosa figura, simpleza de alma, no camines un paso más, cada pisada tuya, resquebraja mi morada; siento que muere en mí, los hijos que tengo que entregar como símbolo de continuidad, Sólo entrégame lo que me trajiste y quédate quieta; no me hagas más sufrir.
A Rayito no le quedo de otra, que dejar caer la hoja marchita, para que el Samán pudiese sentirla; en este preciso instante, retumba en el suelo, movimientos tan fuertes y sonidos tan característicos, que parecían cristales rotos que chocaban entre sí; de pronto han caído todas las hojas del Samán, quedando desnudo ante el cielo, sin una hoja que lo cubriese. Emerge de lo profundo, un árbol tan hermoso, cargado de luz; limpio, un espectáculo que Rayito nunca habría podido imaginar. Ha nacido Samán de cristal, que dará prosperidad a estas tierras y seguirá de generación en generación otorgando fruto de vida a sus proles.
No busques maleza donde ya no existe, yo no hay raíces muertas, ni hojas marchitas; él tenía que despertar algún día a esperar a que vinieras, y él sabía que los sacrificios siempre vienen por cosas mejores, veme a mí, soy el producto de lo que quisiste; has creado maravilla en tierra de samanes, ahora seremos otros, prósperos. Ten la firmeza de que no habrá más letanía, ni sueños profundos acá; le decía el árbol nuevo a Rayito.
Rayito ante tales palabras y sintiéndose responsable de lo que había ocurrido, sorprendida de aquello, ha descendido de sus ojos, un símbolo algo que jamás había sucedido, no entendía el sentimiento causado, porque le estaba ocurriendo eso, ¿Qué es esto?, dice Rayito.
Una Lagrima, responde el ahora nuevo Samán de Cristal. Por qué ha salido de mí, no logro entenderlo.
Esto tenía que pasar… dice Samán de cristal, mira cómo avanza la lagrima derramada por ti, mira como mis raíces se acercan al río, esta es la continuidad de vida; ahora Claridad necesita de mí, y yo necesito de agua para vivir, el manso es sabio y sabrá como alimentarme. Solo continúa tu camino Rayito y solo recuerda siempre, que cuando el tiempo del día se cumpla, y las luciérnagas de la noche se junten, crecerá en ti latente de vida, y nacerá el Amor, aquí te espera el Manso, todavía tienes aguas que recorrer.
Rayito sigue su paso para incorporarse al río.
Cuando de pronto, aparece Esperanza. Rayito se sorprende…, veo que has cambiado, que hermosa estas, sólo vine a entregarte esto, necesitaras protegerte, recuerda que te dije que entraras al Olimpo de los sueños olvidados y debes tener cautela.
De repente, muestra Esperanza un radiante manto de escarchado brillo; de un blanco tan intenso, que apenas Esperanza lo coloco encima de Rayito éste quedo tan fijo en ella, que parecía adaptarse y moldearse a su figura. Se sentía Rayito aliviada, como que si necesitase agarrar ese suspiro de serenidad.
Rayito aun sin percatarse de que lo que le aconteció, si era o no producto de su imaginación, continua su camino, Río abajo en su descenso, acelerándose el caudal; sentía incontrolable su andar en él, que en remolinos de agua, se adentraba mucho más a la inmensidad que atravesaba, despavorida, asustada y más que intranquila se sentía Rayito; y en cuestiones de segundos, se encontraba nadando entre paredes de mármol, tan altas, que su mirada se confundía en el final de aquellas grande paredes, tonos rosa, esmeraldas y ópalos.
El río se hacía cada vez más estrecho, cual embudo se volvía, ya no tan imponente, sino más bien serenas aguas mansas terminaban de calmar la impaciencia del hada; el tiempo da paso a unos sonidos líricos muy intensos, que llegando a percatarlos Rayito, se da cuenta de que pequeños destellos alumbraban aquellas aguas, las mismas aparecían y desaparecían al ritmo de lo escuchado, sabía que algo estaba por suceder.
Del río, alzaban vuelo cuatro hermosas hadas, se trataban de Perseverancia, Anhelo, Deseo y Logro, que llenarían de recogido y buenos augurios a Rayito llevándola sobre los mármoles, a su altura máxima, llegando a la cima; no era más que la entrada al Olimpo de los Sueños Olvidados.
Perseverancia, tan azul como el cielo de claridad, extrovertida y sonriente, saluda a Rayito, con ademanes de coquetería, ¡Hola Rayito! Como estas, solo ten presente, que no hay mejor camino que el que tu decidas afrontar, ten la fuerza y el coraje, que te estaré observando y protegiendo. Tan rápidas fueron sus palabras, como su desaparición del lugar.
Anhelo, perspicaz, de hilos dorados que envolvían su figura, pide lo que quieras, que de seguro, lo obtendrás, era lo que le decía, desapareciendo de igual forma.
Deseo, arropada de terciopelo de hojas verdes, completaba lo que Anhelo había comenzado, obteniendo lo que siempre quieres, podrás completar así tu misión, desapareciendo ante sus ojos. Logro, cristalina como el mar; mientras desaparecía, le decía a Rayito, cuando el tiempo del día se cumpla, y las luciérnagas de la noche se junten, crecerá en ti latente de vida, nacerá amistad poderosa, nacerá el Amor.
De nuevo venía el recuerdo aquellas palabras que el manso le había escrito en Roca Madre y fue en ese instante, que se dio cuenta que la habían dejado a lo alto de aquellas grandes paredes, mármoles superpuestos hacían del suelo que pisaba, marmolinas de multicolor que se extendían a lo largo de un camino, que se perdía a lo lejos, entre neblinas blanquecinas no le quedó más remedio; que seguir avanzando. Apenas caminó veía como se iban quebrando baldosas, dándole paso a lo que ella sospechaba, púes la Hiedra aparecía entre ellas, acelerada e inquieta se acercaba.
Nos volvemos a encontrar sigues cambiando, pero no hay mejor belleza en Claridad que la mía, decía refutándole al hada.
Te siento arrogante Hiedra, es verdad estas muy bella, pero no tenemos punto de comparación, además Claridad tiene con cada uno de los que habitamos en ella, dotes de belleza para cada quien, como y en la forma que se lo merecen y sin presumir de lo que tienes.
Fueron palabras que demostraron a la Hiedra, que Rayito, le estaba dando una lección; se sintió tan aludida ante tal reclamo, que no le quedó más que pedir disculpa, las cuales Rayito gustosamente acepto, desapareciendo la Hiedra del lugar.
Aparece Esperanza en pensamiento a Rayito, amiga pronto entraras en el Olimpo de los sueños Olvidados, recuerda lo que te dije ten mucho cuidado, ya no existirá más mi recuerdo, has aprendido y sé lo fuerte que eres, no estaré mas físicamente pero latente crecerá y estaré siempre en tus pensamientos, así no sepas nunca como fui alguna vez.
Ya Rayito está en el Olimpo de los sueños Olvidados, apenas cruzando la pared cae dormida profundamente. Vuelan todos sus recuerdos, todo se consumía y ya nada existía, de donde vengo y quien soy. Crecía y maduraba fuerza interna en ella, que creaban dureza de puro espíritu y tesón de cuerpo entero; que convertían a una hada de pensamiento, en una hada más sólida de decisiones tajantes. Aun dormida, era deslizada de nuevo paredes abajo al manso, después de aquello vivido.
Perseverancia, Anhelo, Deseo y Logro la ayudaban, dejarla caer placenteramente, apenas tocando sus aguas, se despierta; sintiéndose como nueva y sin saber nada de lo que le estaba pasando, solo tenía como único recuerdo llegar a las aguas con caída libre que la llevarían al comienzo del arco iris; era tan fuerte su pensamiento, que ni el Olimpo pudo borrarlo de ella, pero Esperanza sabía lo que hacía; fue el manto que una vez le coloco encima, la que la protegió de dejar en ella esa necesidad por la cual el destino la había encomendado. Ya el manso trasladaba aguas abajo a Rayito, acercándose cada vez más a la cascada que la llevaría a su destino.
Como zarpazos fugases de presencia, aparecían y desaparecían las hadas Perseverancia, Anhelo, Deseo y Logro, continuando con sus buenos augurios de protección, ¡Sigue adelante!, ¡Continua que estas que vences!, ¡Avanza que seguiremos contigo!, ¡Alcanzaras goce y plenitud con lo encontrado!, eran reflexiones que pasaban al frente de Rayito, como páginas que abrían y cerraban un gran libro frente a ella, mientras seguía avanzando.
Repentinamente, cae hacia con una fuerza tan rápida, que ni el viento podía frenarla, aparece magia sin fin, albergándola en su goce, que como simple hoja se deja caer, sobre una gran piedra abajo, protegida de un piso verde tan particular, que parecía envolverla como capas.
Pues no era más que la Hiedra, que Rayito desconociéndola en sí, ya que nada recordaba, solo le resto decir, gracias por regocijarme y por estar aquí para poder soportar que el golpe no fuese lo que pudo haber sido. La Hiedra responde, no existe mejor manera de poderte demostrar que dejaste en mí, la gracia divina, de que una lección tuya ha cambiado mi forma de pensar en Claridad.
Rayito se da cuenta que se encontraba encima de una enorme piedra caliza, pues no era más que la piedra que estaba buscando, que en ciertas partes oro y cuarzo poseía. Y fue justo allí en ese momento que el manto que la protegía, salió de su acomodo en ella, para abrazar la piedra, haciéndola diminuta, cayendo la misma al río. Convirtiéndolo todo en un espectáculo de colores; pisos multicolores, que enredándose entre cielo, daban camino a un hermoso sendero; que arropaba a toda Claridad, Rayito sabía que había conseguido el comienzo del arco iris.
Empezando de nuevo su andar, se dispone a seguir avanzado en lo que tenía que buscar,
Rayito en cada pisada que daba y en los colores que tocaba; desarrollaba en ella, espíritus que le daban el don de poner en Claridad atributos de los que carecía.
Púrpura, pisando fuerte, nubes crecían en Claridad, como nunca vistas, de formas y tonos tan diferentes que chocaban entre sí, jamás aquellas tierras, se habían notado tan oscuras. El gris apareció como color predominante, nuevo para todos, dando apertura a aguas tan suficientes, que cayendo del cielo, llenaban no solo al rio manso, sino se creaban, riachuelos, ensenadas, lagos, y mares como los que nunca habían existido. Apareciéndole Deseo a Rayito, explicándole, has creado en ti, el mejor deseo que Claridad necesitaba, ahora lo llamaremos Lluvia, cada vez que deslice sobre el cielo, gotas de cristal derramadas sobre el suelo.
Azul, has pisado el equilibrio, le decía Anhelo a Rayito apenas cuando se aparecía, darás energía y fuerza serena a todo el que habite Claridad, has creado lo que de ahora en adelante llamemos Instinto, terminaba Anhelo sus palabras mientras se iba ocultando.
Turquesa, continuaba en su andar, mientras seguía avanzando Rayito sobre el arco iris, has creado el Don, le decía Logro cuando se le apareció, ahora todos los que estemos en Claridad, podamos seguir el camino de los que hacen el bien, a sabiendas de que estamos llegando a un fin deseado, ahora en Claridad tendremos Aprendizaje.
Perseverancia, trastoca a Rayito en su andar, diciéndole, viene el Verde, duerme, piensa serena, que habrás creado el poder en Claridad, de que existirá algo que llamaras Sanación, tendremos el don de crecer, de reproducirnos y seguirnos manteniéndonos puros e íntegros. Apenas pisando, y naciendo en Claridad, la más grande de las especies, los bosques, las llanuras, los paisajes hermosos albergaban ese hermoso lugar.
Anhelo y Deseo, unidas en sí, le dan a Rayito, la tarea de pasar por el Amarillo, desprendiendo de ella, la alegría y libertad de algo que las hadas tuvieron que llamar Generosidad. Así es rayito, has creado generosidad en Claridad para todos nosotros.
Naranja, le decían Perseverancia y Logro que al igual que las otras hadas, unidas entre sí, hablaban: písalo Rayito y pisa fuerte, que habrás creado en Claridad lo que tendremos que llamar de ahora en adelante Poder.
Se unen las hadas, para dar a Rayito su último camino pisando el Rojo, para dar a Claridad el más infinito pensamiento de que el espíritu seguirá en Claridad, para crear lo que se llama Materia.
Hasta acá nos trajo el camino contigo, además esto ya no lo necesitaras más, quitándoles las cuatro de encima, hermoso manto que de nuevo la cubría, siempre seremos tus amigas, y que cada vez que latente crezca en ti, llegara como un nuevo recuerdo de cada una de nosotras. Solo toma esto, es el polvo de la sabiduría, y cuando creas conveniente úsalo.
Rayito ya en bajada se desliza por el arco iris y a lo lejos puede ver hermosos jardines que se acercaban, como si alguna vez los haya visto. Petunias, Lirios, Rosas, Geranios y Amapolas la exploraban. Dalias, Margaritas, Gardenias y Campanillas la solapaban, entres pistilos y tallos se adentraban. Y entre Cardones, Higueras, Violetas y Madre Selvas, culminaba. Era aquel inmenso jardín que ella traspasaba; cuando de nuevo aparecía la Hiedra rebosada, diciéndole Bienvenida a las tierras del polen, ya te esperaba.
Como te encuentras Rayito, sabes tengo que felicitarle, Claridad, ya no es la misma sin ti, nos encontramos de nuevo, estoy feliz de haberle conocido, y próspero en mí la necesidad de decirte lo que ahora te quiero, has causado esos sentimientos; además has llegado a mi casa, bienvenida. Estas son las tierras del Polen, tierras que te llenaran de los elementos nuevos, que necesitas en tu andar, retos que tienes que pasar, pero en tu crecimiento debes afrontar; quédate acá tendida, que dejare caer en ti, los polen necesitados.
El miedo como elemento, lo necesitaras para darle expresión a tu vida; la trascendencia deberá pasar por allí, sin menospreciar a la astucia que la necesitaras siempre; luego le darás pasó a la calma, para aprender a poder hacerte serena ante cualquier eventualidad. La persuasión te ayudara en los casos extremos, a determinar y darle apertura a algo que usaras que se llamara Ánimo, descubrirás también la Emoción. El equilibrio dará temperatura a tu alma, para que consigas más adelante a la Percepción y por último recibirás Armonía, que seguido del Control, serán los complementos eternos en lo que te sentirás completa, ahora si eres la Hada que Claridad necesitaba.
Rayito, en su necesidad de conseguir aún más respuestas a todo lo que le sucedía, le pregunta a la Hiedra: mis hadas amigas, me han dado este polvo de la sabiduría, que no sé cómo y cuándo usarlo.
No más que tú para saber su uso, yo no puedo determinar cómo usarlo; ya que lo desconozco y aun sin saberlo, tus amigas se lo entregaron a quien deberían entregárselo, recuerda, tu eres la elegida, de conseguir lo que una vez, el manso te escribió en la Roca Madre, algo que deberíamos llamar Amor. Ya conmigo has culminado, le dice la Hiedra al referirse a Rayito, he terminado mi tarea a la que he sido encomendada; pasaste por mis tierras y elementos tenía que darte, que se los necesitabas.
Por un momento Rayito olvidaba aquellas palabras, recordándolas de nuevo, cuando el tiempo del día se cumpla y las luciérnagas de la noche se junten, crecerá en mi latente de vida, algo que se llamara Amor. Rayito empezaba a entender que su camino terminaba, en el mismo momento de que de las tierras del polen se alejaba, he dejado grandes amigas, son pensamiento para mí ahora, sigo andando; Claridad sé que algo llamado Amor necesitaba. Alzando vista arriba se percataba de que el cielo aparecía en él; colores que nunca esperaba, no sabía Rayito que pasaba.
¡De pronto! se abre el cielo y de él salen, los hermanos el Viento y la Brisa que de nuevo se asomaban, explicaban a Rayito lo que ocurría, ahora en nosotros, ha crecido algo que nos dejaste, llamado penumbra y mira voltea; no ves hermoso el cielo, Rayito observaba, como poco a poco se oscurecía el cielo, mientras viento y brisa continuaban, estamos felices…, has creado lo que ahora tendrás que llamar La Noche, ahora Claridad, tiene Día y Noche en su morada, vivimos tranquilos porque tú has colmado ahora al cielo de bondades más que alcanzadas.
Ahora se daba por respondida cual era la Noche, que ella al fin buscaba. Cuando el tiempo del día se cumpla y las luciérnagas de la noche se junten, las luciérnagas, se preguntaba Rayito, que serán las luciérnagas, no podía aun entender a qué se refería el manso cuando le hablo de aquello; contestándole La Brisa y al ritmo de El Viento, recuerdas cuando la Hiedra te decía que solo tú sabrás el uso que debes de darle, al Polvo de la Sabiduría.
Fue ahí cuando Rayito pudo entender que tenía que hacerlo y con la mayor de las fuerzas, ayudabas por El Viento y La Brisa, despegaron de ella, sobre el cielo, todo el polvo de la sabiduría, dejando destellos de brillo, que iluminaban la noche. Tenía que ocurrir, decía El Viento refiriéndose al momento mágico y recalca La Brisa, ahora has creado a lo que llamaras de ahora en adelante las estrellas, que como puntos brillantes serán testimonio de agradecimiento, que le has brindado a la noche; para que por siempre lo recuerdes.
Rayito notaba en el cielo, que varias de ellas se unían formando una figura, a lo que ella creía podría ser una nueva hada, lo cual la misma se expresa diciéndole: No te extrañes Rayito, no soy un hada, soy el Alba, tenía que encontrarme contigo para orientarte a buscar a Aurora y el final de tu camino para conseguir lo que llamaras Amor, pídele al viento que lleve la calma al cielo, que oculte a las estrellas y a su hermano la brisa, para que de entrada a las luces que provenientes de un ser llamado el Sol, harán verdes, amarillos de energía, rojos y violetas de transición, colores que serán responsables de darte la maravilla que llamaras Aurora y no te preocupes, el cielo será testigo de lo que te estoy hablando. A Rayito no le quedo de otra, que pedirle al Viento, lo que el Alba le había comentado. Oh viento, como tú solo sabes hacerlo te pido calmes al cielo, y junto a la brisa ocultes las estrellas.
Fue un instante tan mágico, Rayito no lograba descifrar lo que estaba ocurriendo; cae en sueño profundo y se abre un horizonte en el oscuro cielo, como persianas ante al amanecer, dejando salir un haz de luz de un azul tan intenso que alumbraba al Alba y a Rayito. El Viento y La
Brisa también eran testigo de lo vivido, ese azul se convierte en tonos amarillos y naranjas, que penetrando entre la oscuridad, dan cabida a la aparición de un ser supremo. Rayito de nuevo no comprendía, es que apenas podía divisar lo que estaba al frente de ella por el estado inerte en la que se encontraba.
Hija mía… dice el Sol, entrante en el espacio sideral de la noche intensa.
Sé que no me recuerdas, ya no existo para ti; pero siempre supe, que de nuevo iba a poder encontrarte, sabía que lo ibas a lograr, el manso no se equivocó, fuiste la elegida ante tal misión y he aquí tumbada ante mí, demostrándome que tuviste las fuerzas y te llenaste del coraje necesario para conseguir lo que has de llamar Amor.
Y no hay mejor demostración que dejar huella en el cielo, colores intensos, amarillos, verdes, naranjas, rojos y púrpuras, para que siempre veas que existí en ti y que aunque no has de recordarme, tu misma has creado la Aurora, un símbolo que te enseñara tu destino y te hará crecer, madurar y demostrar que ahora es el comienzo de la vida, que ahora crecerá latente en ti y lo que una vez tus amigas te dijeron, ahora habrá sentimientos, miedos, desdichas, alegrías, tristezas, metas, fuerzas, sueños por cumplir.
No estas al tanto de lo que pasa, sé que sientes, sabes de que te estoy hablando, ahora está en ti el camino, te di la vida y acá estas; que cuando el tiempo del día se cumpla, como está ocurriendo ahora y las luciérnagas de la noche se junten, que son las estrellas creadas por ti, crecerá en ti latente de vida, nacerá el Amor.
Así es rayito, ya no lo eres, ya no eres espíritu vago, ya eres materia palpable; el tiempo del día se ha cumplido, ya las estrellas están allí en signo de que ocurrió, tu misma creaste al Corazón, mira cómo crece latente en ti, mira cómo te mantiene con vida, ya vas a poder sentir, podrás reproducirte y enseñar a otros a enseñarse de que no existirá y no hay alegría más hermosa y llena de tanto poder como el Amor. Definitivamente no eras la misma, habías nacido de la misma aurora, entre el sol, la brisa, el viento y las estrellas; tan celestial figura; que la roca madre ahora te llamara Mujer, todo este viaje que hiciste por natura hija mía, toda esta magia vivida es el cambio de lo que llamamos pubertad , pues serás la creadora de dar vida; serás enseñanza de compañía; serás ídolo entre todos, serás admirada, serás querida, serás deseada; acá estas Mujer hermosa; demostrándole a la vida, que este fue el tiempo que tuviste que recorrer, y las que llamabas amigas alguna vez; no eran más que testigos fieles de tu ser; Esperanza; Perseverancia, Anhelo, Deseo y Logro, siempre en tu vida, ahora te seguirán; demostrándote a ti misma que para eso estas. Para hacer de esto maravilloso que ahora sientes; el mejor de los sentimientos, que cuando veamos la mañana, que cuando caiga la noche, que cuando alumbren las estrellas, que cuando veas las flores, que cuando estén los árboles en tu andar, que cuando los ríos suenen, que cuando las montañas te cubran, habrá un sentimiento que de ahora en adelante y por siempre deberás llamar Amor.
Guillermo Loaiza / Diciembre 2017
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