A la chica del columpio
El viento me llevó ti.
Saqué por la ventana la cara
y escuché a lo lejos una voz extraña,
recordé entonces que hace un año
escuché tu voz alada.
Iba caminando; apagado,
tácito, taciturno, cohibido,
enojado, cansado, evasivo.
Escuché, dos pasos detrás,
una voz liviana cantar;
poco a poco y sin voltear
en mi rostro se empezó a develar
una sonrisa que ya había empezado a olvidar.
Fue entonces que elegí una historia que contar,
un cuento que inventar, un poema que narrar,
y hoy, al escuchar en el cielo tu voz cantar elijo,
sin dudas y sin cuestionar,
un camino por el cual continuar.
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