Era tiempo de Semana Santa, momento donde los cristianos aprovechan orar, rezar, abstenerse de realizar muchas cosas.
Un grupo de personas deciden irse a un paseo al río, invitan a una chica llamada Rosita, ella le pide permiso a su mamá para irse de paseo.
La madre de Rosita le dice que en Semana Santa no es recomendado salir a ríos ni a playas porque la gente se convierte en pescado. La chica no hizo caso, preparo la ropa para irse de paseo con sus amigos.
Sus amigos y Rosita se fueron al río a bañarse, por un instante la chica despareció, los amigos al no verla más se pusieron a buscarla y no la encontraron. De repente en el agua vieron a una linda mujer convertida en sirena cantando: “Si Rosita se ha perdido que cuenta vamos a dar, río a río, río abajo cansamos de caminar. Recójame la ropita me la mandar a lavar, por estar desobediente me he perdido en el mar”.
Pues era Rosita la linda mujer que le cantó a sus amigos convertida en sirena, estos al verla se pusieron a llorar, no sabían como decirle a su mamá que su hija más nunca volvería.
Su madre al enterarse se fue en llanto y dijo el que no le hace caso a su madre siempre le suceden cosas como a Rosita.
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