Ya camina despacito

ya no corre como ayer

su cabeza luce blanca 

y arrugas hay en su piel

Hoy sus pasos son muy torpes

que diferencia de ayer,

cuando iba agilita,

con nada daba traspié.

Yo ya tampoco soy joven

el cabello ya perdí,

ya mis dientes son escasos

uno que otro hay por ahí

Cuando la miro pasar,

caminando despacito,

se llena de gran ternura

mi viejo corazoncito.

Ayer por poco y se cae,

vaya susto que me dió

ya no hay fuerzas en mis brazos

que hubiera hecho yo

levantarla no podría,

en mis brazos no hay vigor,

la dejaría allí caída 

hasta que llegue el doctor.

Ahora somos como niños,

ya vigilan nuestro andar,

para limpiar el camino

y evitarnos tropezar.

Ayer cuidamos de ellos,

de sus hijos, nuestros nietos,

ahora les toca a ellos 

cuidar este par de viejos.

espero tengan pasciencia

y no hacerlos enfadar,

pues saben, como nos ven, 

algún día se veran.

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