Capítulo 2
«¿Y bien?» Texteó Johan a Max a la mañana siguiente de aquella madrugada abrumadora
«Escribiendo… escribiendo… escribiendo…»
«¿Qué ha pasado?» Johan desesperado envió otro mensaje
«Solo dos palabras, amigo… ¡ASOM-BROSO!»
«Eso ni siquiera son dos palabras, solo pusiste un guión corto, tonto» Johan rió bajito para no despertar a Jennifer, pero al dar la vuelta se dio cuenta que ella ya no estaba en la cama junto a él. Intrigado, guardo el aparato en su bolsillo más cercano y fue en busca de Jennifer. La casa de los padres de ella, era enorme, eran tres pisos y el tercero solo lo usaban como almacén, aunque esta mucho más grande que su propia casa
— ¿Jennifer? — gritó Johan cuando entró en la sala de estar. Al no obtener respuesta, grito de nuevo su nombre — ¿Jennifer?, ¿Dónde estás, amor?
Una risilla se escucho proveniente de la cocina, Johan se guió por el sonido y fue hacía ahí. Pronto encontraría a Jennifer haciendo waffles junto con Olivia, el desayuno favorito de los dos
— ¡Buenos días, Johan! — sonriente Olivia fue hacía él dándole un calido abrazo
— Hola Oliv, qué joven te ves desde la última vez que nos vimos — halagó Johan a la señora de no más de sesenta y pico años
— Ya, no me mientas, he notado que mis arrugas están a punto de hablar para pedir auxilio
— Buenos días, bebe — dijo Johan acercándose a Jennifer, quien estaba preparando unos waffles con crema y fresas frescas, plantándole un beso en la mejilla
— Buenos días, dormilón
Los tres comenzaron a comer acompañados de risas y conversaciones dentro del desayuno, viendo la TV Johan puso su programa de comedia favorito, el cual también es el de Jennifer y Olivia lo disfrutaba
— Tengo algo que contarte, de Max — susurró Johan hacía Jennifer, quien estaba a su lado
— ¿Qué hizo ahora?, ¿Le han contagiado el sida? — Jennifer soltó una risa burlona, a la cual Johan la acompañó
— Creo que ha encontrado al amor de su vida, lo note muy emocionado esta mañana en los mensajes
— Eso sería demasiado… ¡Increíble! — sonrió Jennifer
— Lo sé, sería un gran paso para él. Aunque bueno, solo la busco para una noche
Cuando terminaron de desayunar, Olivia se ofreció a levantar y lavar los platos, después de insistir tanto obligo a Jennifer y a Johan pasar la mañana tranquilos viendo TV
Hasta este punto, Johan aún no dejaba de pensar en aquellos mensajes, intentaba ignorarlos pero era imposible, no puedes ignorar a alguien que te está rompiendo el corazón en mil pedazos cuando esta ni siquiera se da cuenta. Es increíble como podemos pasar de alto cuando nuestro corazón no da a más sin que nadie se de cuenta… o al menos para Johan eso es fácil. Después de vivir una infancia abrumadora con sus padres adoptivos, para él es más fácil omitir el hecho de que esta cayendo como nunca.
— Y bien Max… ¿Qué paso? — pregunto Johan. Después de pasar toda una mañana con Jennifer, ha decidido ir al apartamento de su amigo
— Bueno, ella no es más que asombrosa. No me lo vas a creer, pero ni siquiera tuvimos sexo, estuvimos toda la noche conversando y compartiendo puntos de vista… nunca lo había echo, nunca se había sentido tan especial — Johan, sorprendido, le tiro un puñetazo a Max
— Deja de mentir, no te creo nada
— Es verdad. Puedes revisar mis botes de basura, no hay ningún condón usado — al no creerlo, Johan hizo lo dicho
— Eres un cabrón… bueno, estoy impresionado
— ¿Qué te ocurre? Te conozco muy bien como para saber que estas triste, conmigo no intentes hacerte el fuerte
Johan dio un suspiro y habló, le contó lo que paso en la noche anterior con Jennifer y como se ha sentido. Max no tuvo palabras, pero si un cálido abrazo de mejor amigo
— Vamos al bar
Los dos amigos salieron del hogar dirigiéndose al bar que esta cruzando la calle, ambos compartiendo sus penas bebieron hasta caerse
— El amor es estúpido — habló Johan, o bueno «habló», porque ningún humano podría descifrar lo que quiso decir — Siempre amamos a quien nos hace daño, a quien nos hace beber alcohol o meterse drogas para olvidar un momento el amor
— Hola — una chica, alta, cabello rojizo y de ojos grandes y grises acaricio el hombro de Johan, él se molesto y a la vez se hizo a un lado
— No me toques, amo a alguien y no quiero romperle el corazón como ella me lo esta haciendo a mi, así que aléjate — la chica, ofendida le dio un golpe en la mejilla a Johan, el cual el respondió:— Perra
Max y Johan salieron del bar entre risas y cantos llegaron al apartamento
No puedes evitar cuando el amor se esta acabando, lo único que queda es dar todo lo que puedes aunque eso te rompa poco a poco.
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