JESÚS NOS ABRE LAS PUERTAS
DEL CIELO

I
Del cielo divino descendiste
y en el terrenal te quedaste
para evitar poder perdernos
en las tinieblas del infierno.
II
Con tu sacrificio en la cruz
las puertas del cielo abriste,
y como un rayo de luz
hasta él nos guiaste.
III
Para la humanidad
el mundo celestial creaste,
y de morir en la cruz
nunca te salvaste.
IV
De mi alma brote
el firme arrepentimiento
de no pecar, y evitar caer
en el abismo del infierno.
V
Mis pecados me desviaron
del camino de la salvación,
y para nunca desvanecer
me fortalece la oración.
VI
Tu muerte en la cruz
me da fortaleza en el alma,
y el arrepentimiento para combatir
mi debilidad humana.
VII
Abatida tengo el alma
por los sufrimientos que padeciste,
ver tus heridas quiero,
para apartarme de las tentacion del infierno.
VIII
Con mi fe de las riquezas mundanas
me pude apartar,
evitando que el diablo
con su maldad me pudiera tentar.
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Autor: Fidel Tello Costero
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