No Fue 1, Fueron 2.!

No Fue 1, Fueron 2.!

ESTEFANYA PARRA

15/08/2020

¿Cómo empezó?, exacto, de la forma menos prevista, pero hizo el ruido necesario para llamar la atención de quién él quería conocer. En una de esas noches, donde la responsabilidad por los estudios y llegar a una meta académica era la protagonista del final de un día, llego aquel muchacho de ojos expresivos, sonrisa encantadora y carisma misterioso, era muy fácil ignorarlo cuando solo formaba parte de los contactos en redes sociales y sí, basto un saludo cordial para ser el primer mensaje de tantas conversaciones, esa noche se hacía extraño el recibir un mensaje suyo, así que lo mejor solo fue dar una respuesta formal y no seguir la plática, no fue hasta cuando antes de dormir, la curiosidad hizo de las suyas, su perfil en efecto, fue una sorpresa, el chico de la fotografía era ese amor platónico de hace años en la universidad, Dios.!!, fue la primera expresión.

No podía ser cierto, ¿por qué escribió?, ¿me conocerá?, ¿será esta la etapa de conocerlo?, fueron las primeras de muchas preguntas que se formaron en mi cabeza, luego de soltar una sonrisa que hace años no me había visitado, descanse para empezar al día siguiente con mi trabajo.

Como de costumbre, al iniciar mi día luego de un buen desayuno y tener claro que haría en el día, revise mis redes sociales, y ahí estaba él, me dejo un mensaje de buenas noches que por supuesto no lo leí el día anterior porque mi corazón no aguantaba tanta emoción en un día, lo sé, no es para tanto, pero cuando tu corazón vibra de la manera que lo hizo el mío con un “Hola”, nada era exagerado.

Ese día, debía ser genial, debía entregar parte de mi trabajo escrito (tesis), y por la tarde ir con toda la buena vibra del mundo a la empresa donde trabajaba, entonces, sin perder el tiempo, conteste el mensaje que me había dejado en la noche, pero el reloj haciéndome notar a cada instante sus segundos contados, me hicieron notar que a las 12:45 am, debía salir de casa y adicional a esto recordé que tenía Internet en mi celular solo para whatsapp, vaya tragedia.

Así que, opte por pedirle su número de celular, algo totalmente raro porque no acostumbraba hacer eso apenas conociendo a alguien, pero que podía hacer mi inútil proceder si se trataba del chico con el que había querido platicar hace mucho tiempo. Él, no se hizo esperar y sin rodeos enseguida aceptó, generalmente cuando yo quería empezar con pie derecho el día, mi frase «DEME ESOS 5», y chocar las manos con quien lo dijera no podía faltar, pero eso era cuando estaba en la universidad y los tenia cerca a mis amigos, ya teniendo una vida de casi adulta, enviaba esta expresión por mensaje y mis contactos me respondían con un emoticón de manos, lo curioso fue que a él se le ocurrió dar una palmada y grabar su sonido para que yo lo escuchara, demonios, esa fue una de las primeras cosas que me gustaron, cosa que para mí era una ocurrencia total, haciendo que en mi rostro se dibujara una sonrisa y mis ojos se iluminaran.

Fue así, que de a poquito, empezamos a compartir lo que nos pasaba cada día, hablábamos hasta la madrugada, compartíamos músicas que nos gustaban, los “buenos días” apenas despertábamos, los mensajes motivacionales para seguir con fuerza durante el día y los audios de buenas noches, empezaron a ser lo interesante de cada día, de gustos diferentes con corazones llenos de amor y ganas de volver a querer sin medida, eran evidentes.

Pasaron días hasta que decidimos conocernos, había una atracción especial, el día llego y con mensajes de texto hasta llegar a vernos hacían de nuestros nervios una fiesta con bombos y platillos en el corazón, el punto de encuentro fue un parque, él había llegado primero, así que luego de bajar del taxi, debía buscarlo, nadie dio referencia de la ropa que llevaba, pero cuando llegue al punto exacto del encuentro, decidí llamarlo al ver que no estaba nadie.

– Hola, acabo de llegar, ¿Dónde estás?

– A la espera de ti, pero no logro verte.

– ¡Imposible!, bueno ahora mismo estoy alzando el brazo, ¿me miras?

Y un “sí, ya mire donde estas”, fue el suspiro más profundo que di, luego de escucharlo, mis nervios colapsaban y tenía ganas de salir corriendo, pero ¡no!, Había que darle la cara al muchacho que había cautivado mi interés, así que colgué y espere a que llegara hacia mí.

Volteé a mirar de lado a lado, para tratar de identificarlo mucho antes de que el llegara hasta donde yo estaba, y ya tratando de cruzar la calle que nos separaba, logré mirarlo, chaqueta negra, camisa blanca, jeans negro, zapatos negros, reloj, lentes, hoyuelos en las mejillas y esa sonrisa que solo él tiene, así lo capture al instante.

Las calles de mi ciudad fueron la ruta para dejar los nervios de lado y empezar a platicar con él y una heladería fue el sitio perfecto para reír sin medida, para que los recuerdos a través de anécdotas hagan una conversación fluida, y con grandes risas y cumplidos del uno al otro se logre evidenciar la forma en que se manifiestan mis nervios (cachetes rojos), pasaron horas dentro de este lugar, pero finalmente salimos y nos dirigimos a la parada de autobuses, en el camino le regale una pulsera y le coloque en su mano izquierda, muy atento, todo un caballero no era para menos, me acompaño y se despidió con un beso marcado en mi mejilla, no sabía cómo reaccionar y solo dije «Ok», hablamos y cuídate, esa fue mi manera más rápida de huir.

Ese mismo día, debía saber que sufriría luego por él, había perdido la pulsera, fue sincero al decírmelo, peor sentí un gran vació en mi corazón, y de nuevo la inseguridad de tener a alguien que me quiera volvía a brotar, pero ya había tenido días malos, juré no volver a decaer por situaciones amorosas así que decidí, pasarlo por alto y seguir adelante. Los días pasaron y hablábamos cada día más, él viajaba a otra ciudad para terminar sus horas de practica que exige nuestra universidad y yo viajaba diario 5 horas para ir hasta el lugar donde realizaba mi tesis y luego ir a mi trabajo por la tarde, en esas horas de viaje era donde más conversábamos porque en la mañana yo me dedicaba al cien hacer mi escrito o cumplir ya lo planificado y en las tardes en mi trabajo no podía usar celular.

Cuando salía del trabajo, la hora feliz eran las 18:40 pm, porque tenía el celular en mis manos y podía hablar con él, ya me esperaba con un mensaje, o me llamaba, bueno era algo que se volvió bonito en corto tiempo, teníamos peleas como si fuéramos enamorados pero la complicidad hacia que todo lo que digamos sea gracioso, y las peleas con enojo duraban 5 minutos, así que lo llegue a querer luego, luego.

Al cabo de 2 semanas, el regresó a mi ciudad y decidimos volvernos a encontrar, nuestro primer encuentro fue bueno que las 2 semanas parecían 3 días porque sabíamos que paso con cada uno, si hubiera sabía lo que pasaría luego habría disfrutado más de cada risa, de cada llamada, de cada abrazo, pero la frase «nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde», se hizo realidad una vez más en mi vida.

En esas dos semanas, la segunda cerró teniendo un 14 de febrero, y como el encuentro fue un 15 de febrero decidí hacerle una carta en donde le decía lo especial que él era para mí, llego la hora eran las 16:40 pm, nos encontramos en el mismo lugar de la primera cita, un abrazo diferente porque ya era evidente el gusto del uno hacia el otro, la plática fluida, las risas más frecuentes, así que no pudo faltar la entrega de mi carta, asumo que la emoción lo invadió porque luego de leerla, me dio un beso, no podía creerlo.

Aunque lo había querido también desde hace rato y por malas experiencias en el amor, se me ocurrió preguntarle qué significaba ese beso, pero no entendí porque fue una ofensa para él, se molestó y me dijo que yo le gustaba y que según él, lo que pasaba era evidente para saber que él quería algo serio conmigo, luego trate de explicarle pero fue tarde, él había tomado una decisión, no quería hablar del tema, lo cual fue raro para mí, en fin decidí no insistir, la cita termino y caminamos a la parada de autobús de siempre, me platico que tenía muchas canciones que hacerme escuchar, parecía que la tormenta había pasado y todo volvería a ser como antes pero me equivoque, nos despedimos con un rápido beso, un roce de labios.

La noche de aquel día, hizo evidente que nada sería igual, y “Tan fácil que es enamorarme y tan difícil olvidarte”, esa parte de la canción de mi grupo favorito (MORAT), venía a mi mente, ¡caray!, no termine de entender pero, el muchacho me pidió ser amigos y nada más, no entendía que pasaba, fue como un gancho al corazón, y mil besos en el aire ya se desvanecían, se fue, no sabía cómo explicar que no sabía olvidar, que su recuerdo no se iba, quería que algo de él me extrañase pero no sucedió.

La vida debía continuar, pero me hacía tan feo porque quería que él se quedara en mi vida, mi corazón no lo olvidaba, fue gracioso ahora que lo recuerdo porque tenía un amigo psicólogo y al descubrirme rara en chat, me hizo una especie de consulta en línea, se dio cuenta que era vulnerable ante las atenciones de una persona y fácil de ilusionar con tratos bonitos, lo mismo que me hacía frágil para amar, así que mi amigo el psicólogo me dijo: ya suéltelo, ya vendrán nuevas personas, no ruegue, no espere que lo que piensa pase, le digo por experiencia, solo cuando perdemos a una mujer de alto valor y hayan pasado unos cuantos meses nos damos cuenta de lo que significaron para nosotros pero ya es demasiado tarde cuando se entiende eso, así que usted siga con su vida, no pierde, la pierden, recuerde eso, mejor dicho pudo haber querido algo breve con usted pero él no contaba con la mujer que era usted así que decidió alejarse, mejor alégrese porque conocerá a más personas y ahora él ya no la lastimara.

Era evidente, me había enamorado, pero mi amor no fue correspondido, y que podía hacer cuando ya me dijeron que no querían nada, cuando el insistir era una humillación, la decepción y el no saber que paso en un abrir y cerrar de ojos, fue tan grande que en efecto, decidí pasar página y recordarlo con cariño, porque aún estaba dentro de mí una persona que ama con sencillez, alguien que aún cree que ser autentico en una amistad o en una relación de pareja nunca dejara de ser necesario.

Mi grupo musical favorito, estreno una nueva canción por esos días y toda la canción me encantaba, es que parecía como haberles contado mi historia, y ellos a través de su inspiración lograran decir todo lo que sentía por dentro, decía:

Te me escapaste y yo quede indefenso, me desarma pensar que es mi culpa, que seas un recuerdo, solo un recuerdo, pero tan intenso, no saber si te volveré a ver, para mí es un misterio. Nunca te pude hablar, nunca te pude hablar y ya, duele porque al final, no quiero contar todos los besos, que nunca llegaron a tu boca, seguiré esperando tu regreso para volverte loca.

No quiero contar cuantas canciones, no baile contigo por cobarde, como deben ser tantos millones, no sé cuánto me tarde. No quiero contar todas las cosas, que, al final de cuentas sé que nunca hicimos, no quiero contarlas porque sé muy bien que si las cuento, tal vez no termino.

Fue un mes, en el que yo hice clic, con una persona que antes había querido conocer, no es el tiempo es la química dicen muchos, pero no, yo creo que en todo el mundo hay alguien con tus mismas locuras y ganas de vivir la vida, que son un magnetismo para el corazón y hacen que te eleves y dejes de lado tu realidad, así que por siempre para mí los dos encuentros serán, los que fueron capaces de hacerme ilusionar y desenamorar en poco tiempo.!!

Un papel y mil historias que contar, son sin duda, las mejores opciones para ponerse a escribir y que bonito es saber que aún se respira amor, de una madre a su hijos, de una mujer a su esposo, entre hermanos, amigos, en pareja y la demostración más importante, a uno mismo, porque claro, somos nosotros los responsables de tener un corazón sano y fuerte, donde la alimentación saludable, sean buenas frases para crecer y libros llenos de propósitos que desarrollen nuestro intelecto, el agua se convierta en las millón canciones que nos transporten quizás a momentos tristes, pero que ahora nos dan paz porque ya lo superamos y aun no olvidándolo, logramos reponernos de lo que un día nos hizo débiles, pero también sean esas canciones que nos lleven a querer cantar a todo pulmón, bailar sin que nadie nos vea, y terminemos siendo, cual artista tiene un auditorio lleno de personas que cantan hasta los cielos cada una de sus canciones, sí, así es, que nos hagan sentir vivos y tengamos ganas de dar lo mejor que hay en nosotros.

Las ensaladas vengan cargadas de amigos que nos ayuden a construir nuestra personalidad y las frutas sean esas vivencias del día a día, y de ellas tomemos lo malo para aprender a corregirlo y lo bueno para disfrutar de nuestros aciertos.

Te sientes en plenitud cuando, las cosas salen como las querías, pero que pasa cuando no, tendemos a desfogar nuestra ira con el primero que se cruce en nuestro camino, mandamos al diablo lo hecho, incluso queremos desaparecer, tantas reacciones que nos caracterizan y nos hacen auténticos.

Sí, así somos, personas hechas de recuerdos, esos que ahora si lo pensamos nos hacen reír a carcajadas, nos llenan de lágrimas, nos dan tranquilidad y otros nos causan algo de enojo, qué más da, somos la suma de todo esto, nos convertimos con el pasar del tiempo en las personas que nos proyectamos pero con experiencias que no pudimos prevenir, sin embargo, son las que hoy mismo sacaron a flote, más valor, más coraje y ese lado más maduro que hoy en día nos ayuda a canalizar nuestra inteligencia emocional.

Donde se tenga claro lo que queremos y por más situaciones difíciles de afrontar que se presenten en nuestra vida, será el lugar indicado para empezar una y otra vez hasta demostrarnos a nosotros mismos que el amor con determinación por nuestras ganas de vivir y conquistar el mundo, NO SE TERMINAN EN 2 ENCUENTROS.

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