1 de Octubre de 2020

En mi mente he pensado frases y buenos cuentos, pero los olvido al momento de escribir. La perfección no existe me digo, pero a mi pesar aún le temo a no ser buena en el arte de decir… de decir bien.

En este momento mis pensamientos están buscando las oraciones menos ordinarias para explicar qué sucede alrededor de mi asiento. A veces un insecto me inspira, otras veces me hace desistir presenciar un acto indescriptible. Quizá exceso de pasotismo, o ser abrumada por tan buenas mentes que dominan cada letra y regla de la escritura, puedo llegar a borrar los últimos veinte minutos que pasé tratando de encontrar las correctas palabras.

En éste momento me siento inspirada por la música, sin embargo la mayor parte de mis días pienso que estoy viviendo poco, entre libros de estudio y cuatro paredes no hay nada que pueda ser memorable siquiera para el hombre más sedentario. 

Debo confesar por último que, como dato de color, el título de ésta insignificante obra está inspirado en Goethe y su breve pero magnifico libro ¨las desventuras del joven Werther¨, pues he estado interesada en su obra últimamente, sinceramente no es más que mi pereza de pensar algo creativo. 

No son renglones con un final interesante, porque posiblemente ni siquiera su contenido lo resulte, más no dejaré de decir, no sólo representa un pasatiempo, también es la forma de contarme a mí misma que no me aburrí de la vida que llevo.

Por último, he escrito Octubre en el titular y acabo de percatarme que antes de comenzar ya estaba dispersa, a veces sucede que no es necesario adaptar las palabras al presente, pueden representar cualquier momento porque carecen de tiempo, al menos eso creo.