05/04/25 Soledad, soledad.

Quiero silencio, quiero soledad, aquí, allá, a donde sea que yo vaya, anhelo soledad.

Siento que no me basta esta escandalosa realidad, donde me debo a los demás. Donde debo lidiar con mentes complicadas, mentes enfermas, algunas llenas de maldad, pocas genuinamente inocentes.

No conozco de amor, no entiendo el poder de esa palabra, no he tenido el privilegio de degustarla aunque sea.
El amor mas me parece una vana ilusión, es como si quisiera en la oscuridad encontrar mi sombra.

Lo que si he podido sentir una y mil veces, es una profunda y desenfrenada ira, es esta en su estado mas puro.
Es una constante aversión, pero es la emoción que mas me despiertan y que por error despierto yo.
Es tan viva, es un fuego que me consume y que llega hasta su punto mas alto, alterando mi cuerpo.
A través de la ira me doy cuenta cuan desgraciadamente viva estoy.

Por eso ando en búsqueda de la mas apacible soledad.

Se con firmeza que allí no necesitare entender de que va el amor, y me librare de mi ira.
En soledad y en silencio no me estremezco, no deseo, mis sentimientos se adormecen, mi dolor deja de gritar. No escucho voces, no hay miradas que me juzgan, incluso la música suena mejor.

Mansa, placida, suave y benigna soledad, es por mucho lo mejor que puedo encontrar en este mundo manchado por una realidad a la cual me siento tan ajena.