El escalofrío que produce ver zapatos vacíos. El hueco de no estar.

Cuando te atropellan lo primero que salen volando son los zapatos, al menos eso me contaron. Desde entonces no puedo ver igual los zapatos, se han transformado en los contenedores del alma.

Es curioso que sea tan descuidado con mi calzado, es más, ni siquiera me fijo en el de los demás, sin embargo, cuando me encuentro unos zapatos abandonados mi cuerpo respinga. Encontrarlos en el arroyo vehicular es inmediatamente sinónimo de una fatalidad.

Cierta tarde que me di cuenta cuán profundamente me impactaban los zapatos vacíos, fue después a cuando mi tía abuela murió. Ella era como una madre sustituta de mi madre, a quien ella, mi madre, asistía cada fin de semana. La casa de la tía era antigua, de una sola planta, un chorizo de cuartos que se comunicaban desde la recámara hasta la cocina. Tenía cierto aroma peculiar entre viejo y dulzón cálido, recuerdo que mayormente la sensación de estar ahí era ambivalente, agradable e incómodo, un poco de: me gustar estar, pero no por más de treinta minutos.

Al no estar ella más entre los vivos, fue necesario vaciar la casa. Al entrar a su recámara y ver los zapatos vacíos me percaté de lo pequeños que eran; la corporalidad cobraba otra dimensión y el alma de pronto cobraba relevancia en espacio. La esencia ausente, el espíritu que ya no está fue un golpe duro, un vacío escalofriante.

Tiempo después, me di cuenta que no podía mirar los zapatos vacíos aún si la persona vivía, la expresión “llenar sus zapatos” cobró una nueva dimensión. He conocido personas grandiosas y por casualidad me ha tocado mirar sus zapatos vacíos, el corazón me ha dado vuelcos, es como si brevemente hubieren desaparecido, su alma se hubiera extinguido y ya no estuviesen más entre nosotros, la sensación de muerte en vida.

Ese simple hecho me ha permitido valorar más a estas personas y me ha engendrado un terror enorme al mismo tiempo. Curiosamente, al mirar mi calzado no siento nada, son zapatos y nada más, ridículos, cómodos y simples zapatos.

No sé si algún día podré ver mis zapatos vacíos y darme cuenta si mi existencia valió la pena.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS