Algunas ideas sobre «El corazón delator» y Edgar Allan Poe (1843)
Un narrador sin nombre se dirige al lector y le asegura que está nervioso, pero que no está loco. Ha matado a un hombre anciano. No quiere su dinero. Incluso le tenía afecto, pero el ojo del anciano, un ojo de un leve color azul, le produce un miedo terrible. Insiste una y otra vez que no está loco, que sus acciones no son las de un hombre loco, aunque sí las de un criminal. Cada noche lo observaba dormir y una de esas noches decide que ha llegado el momento de acabar con esa obsesión y cerrar para siempre ese ojo. Y mata al anciano. Pero la culpa, el sonido del corazón, el miedo a que los demás descubran su crimen harán que él mismo se descubra.
Con este cuento Poe parece que quiere hablarnos de la paranoia y del propio proceso de deterioro mental. También nos habla de la culpa, esa que le hace confesar el crimen. El corazón delator es uno de los cuentos más cortos de Allan Poe, un cuento trabajado con una economía asombrosa puesto que el autor elimina el exceso de detalles de la historia para intensificar la obsesión del asesino con sencillos sucesos: la declaración de su cordura, el ojo del anciano, el latido del corazón. La historia establece la tensión entre la capacidad del narrador de amar y de odiar.
Poe explora aquí un misterio psicológico medio siglo antes de que Freud hiciera de esta paradoja un argumento de sus teorías sobre la mente: que las personas a veces hacen daño a aquello que aman o necesitan en sus vidas. El narrador de Poe ama al anciano. Él no siente avaricia de su riqueza ni desea venganza por alguna muestra de desprecio. De esta forma el narrador elimina los motivos que normalmente inspiran crímenes tan violentos como ese. Mientras que proclama su cordura se obsesiona con el “ojo de buitre” del anciano. Su víctima queda reducido al tenue color azul de sus ojos y lo transforma en una obsesión. El narrador ve el ojo como algo totalmente separado del hombre y como resultado es capaz de asesinarlo mientras sigue amándole. El deseo del narrador de erradicar el ojo motiva el crimen, pero no admite que su acto acabará con la vida del anciano.
Poe usa en sus relatos animales y objetos llenos de simbolismo que le sirven para reforzar las ideas abstractas de las que trata. En este cuento, Poe usa el “ojo” como símbolo maléfico, como objeto que le está maldiciendo. Mientras se obsesiona con este ojo, decide separar al anciano del ojo maldito con la intención de liberarlo de su violenta reacción hacia el ojo. El narrador revela su incapacidad de reconocer que el ojo es la identidad del anciano (en inglés eye=I). Los ojos simbolizan la esencia de la identidad humana la cual no puede ser separada del cuerpo. El ojo no puede ser matado sin causar además la muerte del hombre. Por alcanza la cima del Romanticismo porque en sus cuentos el arte del miedo vira hacia su mismo origen, lo psicológico, y deja atrás los convencionalismos. Además puede decirse que Poe inventó el relato corto en su forma actual, en lo relativo a aspectos tan fundamentales como estos:
-Mantener la unidad narrativa a través de la expresión de un solo estado de ánimo
-Producir una sola impresión en un relato
-Reducir drásticamente los incidentes, limitándolos a los que tienen relación directa con el cuento
Aunque es posible que algunos de los cuentos de Poe nos parezcan hoy exagerados y melodramáticos, es seguro que cuentan con una madurez poética que los ha hecho perdurar en el tiempo. Y sin duda fue Poe el primero en comprender y desentrañar los mecanismos y la fisiología del miedo y de lo extraño. Es curioso que Edgar Allan Poe –autor de muchos de los mejores relatos románticos de terror- sea, al mismo tiempo, el inventor del relato policíaco… La paradoja estriba en que la literatura gótica de terror incide en la parte más irracional del hombre y evoca con auténtica fascinación a la tenebrosa Edad Media. El primer relato de detectives, Los asesinatos de la calle Morgue, escrito por el mismo autor de estas otras terroríficas historias, se sitúa exactamente en la orilla opuesta: sus cimientos se sostienen sobre el racionalismo más recalcitrante; su método es la deducción lógica; su aspiración, la ciencia. Y por eso decimos que es curiosos –y al mismo tiempo, muy significativo- que un escritor participe a la vez de las dos tendencias más opuestas y radicales de su época. Pero lo cierto es que así fue: el personaje Charles Auguste Dupin fue el primer detective de la historia de la literatura. Para desgranar el oscuro misterio de Los asesinatos de la calle Morgue, Poe utilizó el método deductivo y demostró, al menos por el momento, que los actos humanos obedecían a leyes físicas y que, por lo tanto, eran deducibles. Bastaba con razonar para que la lógica disolviera el misterio: este era el secreto del primer detective, y también de sus seguidores, desde Sherlock Holmes hasta la anciana Miss Marple, el personaje de Agatha Christie.