En Madrid, a 31 de mayo de 2016.
Un jurado compuesto por Gloria Fernández y Enrique Ferrari, miembros del equipo docente de Talleres de escritura creativa Fuentetaja, ha decidido conceder los siguientes premios y menciones (con los aciertos de los relatos y ciertos aspectos de los textos que podrían contribuir a su mejora):
PRIMER PREMIO
Dotado con 1.000 euros en metálico
Alfredo Darío Ruiz Martínez, con “Pueblo negro”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8591
Muy buen trabajo con el lenguaje, imágenes potentes, muy visuales y simbólicas. Descripciones muy económicas y sugerentes, con muy pocas palabras dibuja perfectamente el espacio, la época, las circunstancias, sus gentes. Dramáticamente intenso. Una voz muy interesante. Quizá un ordenamiento de la información un poco diferente ayudaría a que el cuento fluyera mejor.
PREMIO AL lector y COMENTARISTA MÁS DESTACADO
Dotado con 250 euros en metálico
Ramón García Pérez
Ramón es generoso, prolífico, con apreciaciones (literarias) siempre interesantes y bien argumentadas. Sus comentarios muestran una buena comprensión de las obras y una voluntad de diálogo, de comentar con sus autores sus sugerencias, valiosas y con un tono muy cuidado. Valoramos mucho su aportación, en este y en otros concursos del Club, intentado sacarles el máximo a las obras leídas. También sus respuestas a los comentarios que reciben sus relatos.
FINALISTAS ELEGIDOS POR EL JURADO
Junto a los ganadores del primer premio y del premio de la votación popular, las obras de los finalistas serán publicadas en el libro electrónico colectivo Historias de la calle. En el acta aparecen sus nombres por orden alfabético.
Enrique Mochón Romera, con “Cosas de la edad”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8926
Cuento bastante redondo, capaz de prescindir de explicaciones, de conclusiones, por lo que permite al lector ejercitar un papel activo. Muestra la calle como ese campo de batalla donde se miden las fuerzas los adultos y donde los personajes tienen su primera y decisiva gran confrontación. Pequeña anécdota que da luz no solo a lo que es la calle sino a lo difícil que es crecer. Quizá se pudiera ajustar un poco más la voz narrativa, hacerla algo más ingenua, más extrañada. No termina de ser la de alguien que colecciona cromos de Bambi.
Ernesto Goñi Montero, con “La fortuna de Valentín”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8544
Con un cierto humor empapado de tristeza, el narrador presenta bien un personaje carismático, primero con la fotografía -un retrato clásico, en blanco y negro- y luego con la narración de cada adversidad y la resignación inevitable de Valentín. Lo hace con una empatía que prepara al lector para el desenlace, para reconocerle al protagonista altura moral al saber responder al final a su mala suerte con una decisión propia, recuperando el pulso de su vida, haciéndose -ahora sí- responsable de su destino.
Francesc X. Cano, con “El refugio sagrado de Anabel”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8551
El pasado que espera agazapado en las piedras. La nostalgia de tiempos y amores. Y la fuerza del recuerdo que sitúa en el presente a aquellos que ya no son más que fantasmas. Bien contada esta historia de siempre. Sencilla y emotiva.
Gisela Casao, con “El balcón”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8867
Historia muy entrañable. El balcón, ese espacio frontera desde donde se ve pasar la vida. Mucho encanto en esa voz y esa relación. Muy bonita la descripción del barrio, en ese enfrentamiento de miradas: la realidad que ve el padre y esa mirada nueva e ilusionada con que defiende vivir ella en esas calles, como si presintiera que allí va a encontrar algo más que un sitio para vivir.
Gretta Hernández, con “Los olvidados de la calle Laurel”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8954
Muy interesantes los retratos de estos personajes que forman parte de la calle aunque nadie se ocupe de quererlos. Eficaz manera de contar la vida del barrio a través de las vidas de unos seres sin biografía, casi sin nombre si no fuera porque alguien recuerda la calle, aquel tiempo y los saca del olvido. Bien contado. Fotos muy interesantes.
Ignacio Romero Laviña, con “Te he visto”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8740
Bonito juego con el recuerdo. Esas vidas anónimas con las que se convive y que en este ejercicio de la memoria se convierten de algún modo en el espejo donde el narrador también se mira. Esa calle que se comparte, ese dios bromista que juega, el nombre de la calle como determinante del destino. Buen ritmo. Muy bien contado.
José M. Viera, con “En noches como esta”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8680
Las noches de la nostalgia, las de la añoranza que agarra el corazón. Muy bien narrado ese paseo por la calles y el tiempo. Ese viaje en la trasera del camión que recorre el espacio y la memoria. Muy bien mostrado el peso de las vidas perdidas. Emotivo y dramático. Bien cerrado.
Juan Manuel López Jiménez, con “El Cristo de la farola”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8733
El texto funciona solo de coda de las fotografías: una breve explicación bajo cada foto. El relato, eminentemente visual, simula la progresiva aproximación al hecho que narra: como si el narrador y el lector se acercaran juntos y las imágenes fueran las preguntas y el texto las respuestas de una realidad que ante el segundo aparece como ajena: el santuario de una virgen en un lugar inesperado. Imágenes y texto funcionan bien como diálogo. Resulta eficaz. Con un tono incluso pedagógico.
Juan Pedro Merino, con “Construyendo calle”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8708
Narrada en imágenes y palabras, esta historia resulta muy interesante porque a la nostalgia, emoción común en casi todos los relatos, añade la idea de renacimiento, de un nuevo comenzar: otra calle, otro barrio. También es muy alentador que los viejos no se dejen morir al sol, sino que su sabiduría es el motor de lo que vendrá.
Este empezar de nuevo que de algún modo vive también el protagonista en su propia vida. Bien contado.
Leonardo Martínez Expósito, con “Manolín, el de la pista”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8202
El relato presenta varios elementos interesantes. Primero: la personificación de la infancia (vivida en la calle) en el personaje de Manolín. Y segundo: la presentación eficaz de la biografía del protagonista como una deriva imprevista: el paso abrupto desde las grandes expectativas hasta su derrumbe, con un intento de suicidio y su caída en el alcohol y la mendicidad. El último párrafo recupera al narrador como personaje de la historia, en una última interacción con Manolín, para remarcar su caída, que recoge también, muy sutil, la fotografía de la calle.
Lucía Cebreros, con “Bisiestos”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8286
El relato del nacimiento imprevisto de la narradora en la panadería de su calle refuerza esa relación del protagonista con el barrio que busca Historias de la calle. Su principal valor es su coralidad, al implicar a otros personajes en el momento de parto; también a otro bebé nacido ese mismo día, un 29 de febrero, en condiciones muy distintas, que parecen determinar la personalidad de ambos. El cierre es una vuelta al barrio, con la nostalgia de lo perdido (incluida la panadería) y la dificultad para mantener vivas las relaciones del pasado.
Luis Guillermo Álvarez, con “Sentados en una carreta de madera”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8981
El relato pivota sobre el contraste brutal entre la condición lamentable de sus protagonistas (muy visual con sus bocas desdentadas) y el poder de ese acto de amor o de deseo que el narrador -con una reflexión que no queda a la altura de la imagen- explica como una voluntad de convivencia. Los personajes se transforman, se salvan, con ese acto de voluntad frente a una circunstancia tan adversa. Bien escrito, lo mejor del texto son la descripción de los protagonistas y, sobre todo, la narración del acto sorprendente de besarse apasionadamente. Funciona bien como ejercicio de reenfoque.
María José Barrera, con “Yuyin”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8999
La serie de fotografías (algunas muy sugerentes) conforma con los tercetos que le sirven de pie de foto una postal exótica de las calles de Taipei. Las imágenes tienen sin duda una fuerza poética que remarcan los versos (explicativos o evocadores, algunos más afortunados que otros). Su orden remarca bien el contraste entre los colores y el blanco y negro de cada foto: parece plantear los contrastes también de la ciudad.
María José Miguel Quilis, con “Conmigo no cuente”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8456
Algo costumbrista, más que historia de la calle es una historia de patio de vecinos. Con mucha gracia en esa mezcla de ingenuidad y crudeza. Historias de vecinos y de amistad, de solidaridad y afecto. Contada con una voz muy convincente.
María Nieto L., con “Pacita”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8925
Muy interesante descripción de la calle para la que usas muy adecuadamente el trabajo con los sentidos, el mejor modo de llegar al lector. La calle se ve, se huele, oímos sus ruidos entre los que se abre paso el grito de Pacita, creas un mundo por el que es muy fácil transitar. Voz narrativa muy cómplice, muy cercana.
Marina Skell, con “Alicia en el país de los consumillas”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8687
Fotonovela divertida, bien montada, con una música que acierta a darle ritmo a la secuencia de fotos que se suceden con un guión que funciona también como un paseo por el centro del Madrid más comercial. Es sin duda un ejercicio audaz y creativo, que busca exprimir el sentido simbólico de las imágenes reinterpretando a la Alicia de Lewis Carroll.
Marta Covacevich, con “El cartelito”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8234
Plantea una perspectiva sugerente: el narrador omnisciente recoge los pensamientos del protagonista, que sirven de explicación y justificación de su acción. Bien escrito, prevalece un tono reflexivo, sobre los valores del trabajo y el esfuerzo, integrada la reflexión (o apoyada) en la vida cotidiana del barrio. Bien medido, bien estructurado.
Marta Posadas, con “Hotel París”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/9000
Un relato bien vertebrado a partir de tres generaciones que se abre y se cierra con un hotel: Una historia familiar sugerente, bien escrita, con ritmo, construida a partir del uso que Felipe, el primer protagonista, dio al dinero ganado en Cuba, el Hotel París, que sirve de punto de partida para describir con detalle la calle, pero también para fundir su historia (y también su final) con la de sus dueños y empleados. Las fotos antiguas funcionan bien para ambientar y dar verosimilitud al texto.
Pedro López Pérez, con “Ciudadano”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8285
Es todo un elogio al paseo. Tiene la apariencia de un documental: va presentando a los personajes con los que se cruza el narrador, con observaciones pertinentes e interesantes. El monólogo se interrumpe con la pregunta de un borracho, que deja aturdido al narrador, que remata esa conciencia de incomprensión, de falta de respuestas que se intuye desde el principio.
Pedro Luis Aguado González, con “Ave María”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8465
La cámara recorre Lavapiés, en Madrid, mientras una voz en off apela a una vida en común en el barrio. Está construido como una carta a un amante ya muerto. Nostálgico. Sincero. Emotivo, pero contenido, muy bien medido. El nombre de la calle, Ave María, obliga al protagonista a una confesión: los recuerdos (y las reflexiones que le arrancan) surgen al tiempo que el narrador la recorre.
Roger Calabuig, con “Todos los caminos llevan a mi calle”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8716
Narrado en primera persona, el relato es el registro de sus movimientos. Con frases cortas. Con un estilo sobrio: como si solo quisiera apuntarlo. Pero con elementos absurdos bien trabajados (alucinaciones y respuestas que sugieren un protagonista drogado). Recoge también la reacción de los vecinos y transeúntes hasta su enfrentamiento final con dos policías y su huida. Aporta, junto al relato, una serie de fotografías con una ambición estética clara.
Ronald García Gallego, con “El loco Zapata”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8985
Otro héroe de la calle viviendo en los márgenes, otra lucha por encontrar ese sentido a la vida. Muy bien contada la vida y la calle. Muy bien esa mirada del narrador que no juzga y habla con una voz llena de comprensión y ternura.
Santiago Casanova Gómez, con “Una tarde sin fútbol”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8927
Narra un hecho concreto, excepcional, de su infancia. Gestiona bien la intriga desde los límites de la comprensión ingenua, cándida, del niño que es entonces el narrador, que tiene que aceptar, sin entenderlo del todo, el código que rige su barrio. Solo al final explica quién es el famoso Pirri, con dos noticias que conoce tiempo después: primero con su detención y luego con su muerte por sobredosis. La frase con la que cierra el relato lo explica como una metáfora del encuentro desigual de la juventud con la heroína en los 80: un partido perdido de antemano. La composición con las fotografías es muy expresiva.
Soledad García Garrido, con “¿Jugamos al escondite?”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8399
Relato de lo cotidiano, con un comienzo sugerente, muy bueno, que sirve para ubicar al narrador, para dotarlo de una conciencia, de una voz infantil, cándida, con la que narrará luego un suceso, también mínimo, pero excepcional para él. Más interesante que lo que cuenta es cómo lo cuenta, como indicio de unos valores y una educación vinculados también a esa vida en la calle.
PREMIO ESPECIAL AL GANADOR DE LA VOTACIÓN POPULAR
Dotado con un bono canjeable en publicaciones o talleres de Fuentetaja por valor de 150 euros
Silvia López, con “Harold”
http://www.clubdeescritura.com/convocatoria/ver/historias-de-la-calle/8479
El relato es el retrato de un joven en el que se destaca su estado permanente de embriaguez. El narrador -veinte años después de haberlo conocido, pero con el recuerdo muy vivo- construye un personaje sugerente a partir de solo unos pocos datos (apenas una expresión recurrente en él y un par de anécdotas). Sin demasiadas pretensiones, queda una narración simpática, con anécdotas divertidas y bien contadas que culminan con el encontronazo un tanto ridículo con el policía para remarcar su soltura en la irrealidad. El vídeo final sirve para contextualizar esa escena última en el festival de teatro de calle, aunque se echa en falta que no tenga una mayor vinculación con lo relatado, que no sea un vídeo hecho a propósito para darle más relieve al texto.
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