Desde nuestro hogar se podía ver como la ventana del vecino había reventado, dejándolos entrar a despedazarlo, no existía calma en las manos que arañaban su cuerpo, desesperaban por arrancar cada pedazo de carne hasta dejarlo sin vida, o como uno de ellos. Andrea aún se encontraba en casa, no la culpo, el mundo se...
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