Aquel día no me equivoqué cuando te susurré al oído que te quería. No fue un arrebato ni mucho menos obra del THC, por si te asalta la duda. Esa noche la oscuridad cubría nuestros cuerpos desnudos entre las sábanas blancas, y por las ventanas se colaban las tenues luces naranjas de los faros de la...
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