Con los nervios desbocados intento recordar, necesito las respuestas, pero mi cerebro es incapaz de hacerlo. Solo tengo un llavero con tres llaves y la tarjeta de transporte.
El despertador sonó como todos los días, seco, solo recordándome que otro día seguiría siendo simplemente eso: otro día. Hice lo que hace alguien que no espera más que otro día más. Me incorporé como siempre en el borde de la cama, me froté los ojos intentando desprenderme de mis legañas de la noche, alcé...