Definitivamente un corazón que ama es un corazón enajenado que parece habitar ensueños extravagantes, aún más gloriosos que la más idílica irrealidad. Y es por ello que lo onírico de un sueño muy lúcido contrasta tanto con la bofetada del despertar, siempre inoportuno, a nuestra supuesta cordura.
Hay solo un amor imposible. Es criatura alada que nos toca el alma y se marcha sin aviso. Y al pasar el tiempo súbitamente un día algo evoca su invisible presencia, tal vez el esplendor del alba o un olor peculiar. Mi amor tenía el aroma de la flor del naranjo en primavera.
El amor es mitad ángel y mitad demonio, una especie de criatura ambigua, un feliz desasosiego. Esta es la historia de un flechazo letal, un vendaval de emociones, una pasión desenfrenada, una despedida dolorosa, una espera desafiante, una promesa por cumplir y un final inesperado.
"El poema parece explorar el amor, sus altibajos y sus complejidades. El poema parece ser del género de la poesía romántica, y describe el dolor del desamor y de un amor difícil. El autor parece estar diciendo que el amor es tan bello y tan doloroso al mismo tiempo, y quiere seguir amando a pesar...
El amor es mitad ángel y mitad demonio, una especie de criatura ambigua, un feliz desasosiego. Esta es la historia de un flechazo letal, un vendaval de emociones, una pasión desenfrenada, una despedida dolorosa, una espera desafiante, una promesa por cumplir y un final inesperado.
Arropado por la taciturna madrugada un ensueño nace del vientre fértil de la añoranza. Es la semilla de un anhelo recurrente, de un ansia de pasiones desbordadas, de un deseo inalcanzable que siempre se estrella contra el áureo espectáculo multicolor de la aurora.
A veces la pasión obnubila el raciocinio y cubre los ojos con los vendajes de la autoceguera. Justo en tales ocasiones se debe obrar con mucha prudencia porque puede suceder que tras el disfraz de un amor sincero se esconda exclusivamente la lujuria de una bella sin alma.
Hay esperas que se distinguen por su naturaleza dual y contradictoria. Esperas en las que habitan la más optimista esperanza y la duda más cruel. Esperas que nacen de la fantasía de un alma enamorada y que fenecen dejando un rastro de gris desasosiego y pena lascerante. Esperas que nos marcan para toda la vida.
Definitivamente un corazón que ama es un corazón enajenado que parece habitar ensueños extravagantes, aún más gloriosos que la más idílica irrealidad. Y es por ello que lo onírico de un sueño muy lúcido contrasta tanto con la bofetada del despertar, siempre inoportuno, a nuestra supuesta cordura.
Cuando se llega a la convicción de estar enamorado no importa cuan excelsa o peyorativa sea la palabra con la que la amada nos nombre. Imprescindible será, sin embargo, asegurarnos de que ella corresponda a nuestro alado sentimiento izando bandera blanca ante el todopoderoso Amor.
A veces la pasión obnubila el raciocinio y cubre los ojos con los vendajes de la autoceguera. Justo en tales ocasiones se debe obrar con mucha prudencia porque puede suceder que tras el disfraz de un amor sincero se esconda exclusivamente la lujuria de una bella sin alma.