Nada nos prepara para el flechazo de Cupido, solo sucede un día y nos toma por sorpresa. No se puede esquivar la saeta que nos traspasa inmisericorde y al caer de bruces, rendidos a los pies de una pasión en llamas, poco importa si hay que vivir a escondidas el frenesí de un amor inapropiado.
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         Carlos Estrada Monteagudo
                            Carlos Estrada Monteagudo