Un regalo de la infancia. Una presencia perturbadora intrigando en el dormitorio desde las alturas. ¿O parte de un temor intentado emerger de lo mas oscuro de la mente?
Una madrugada de verano, a finales de la cursada del quinto año del colegio secundario, con Lauta y Eze, no teníamos otra cosa que hacer más que emborracharnos y salir a caminar. Entre bromas y conversaciones absurdas, casi sin darnos cuenta, llegamos a las inmediaciones del Parque Sarmiento. Unas rejas verdes serpenteaban alrededor de un...