Quisiera tenerte compasión y admirarte, quisiera tenerte en la gloria, pero sólo te odio, te desprecio y te culpo de mi penuria, te aborrezco, te detesto... Porque yo sí quería amarte.
Cuando estaba pequeña escuchaba siempre de los abuelos que vendría un segundo Libertador, me preguntaba Quién sería?, la diferencia fue que el Gigante fue hijos de educadores, humilde, con un corazón muy noble, con ideales fijos en su mente de Simón Bolívar. Siempre estuvo orgulloso de su abuela, que vendía “arañitas” como él les decía...