Leí el otro día que Venezuela es como un gigante que está dormido. Y si lo es, Venezuela es un gigante, pero no está dormido. Lo durmieron, lo maltrataron, lo golpearon y torturaron. Lo amordazaron...
Quisiera tenerte compasión y admirarte, quisiera tenerte en la gloria, pero sólo te odio, te desprecio y te culpo de mi penuria, te aborrezco, te detesto... Porque yo sí quería amarte.