– No puedo… respirar… Valentina cayó al suelo y empezó a toser con violencia. Como de costumbre, su temperatura corporal se disparó brutalmente. Valentina sintió que se asfixiaba. Una vez más, el ambiente se tornaba demasiado caliente. Si no lograra tomarse sus medicinas enseguida, no tardaría en quedarse sin aliento. Literalmente. * – Date prisa...
¿Cómo escribo sobre Caracas si estoy a 7.294 kilómetros de distancia? ¿Cómo hilvano una crónica de mi ciudad desde la añoranza? Estas y otras preguntas saltan a mi hoja en blanco y pulsando teclas –quizás– vaya encontrando respuestas. Salí de Caracas hace dos años. Un viaje de vacaciones, una entrevista, una remota posibilidad. Mi mensaje...