-¿No crees que sería extraordinario quedarnos así para siempre? -sonreí mientras miraba fijamente sus ojos color café, como el aroma que envolvía el ambiente. Por fin le tenía, otra vez, delante de mí y a un palmo de distancia. No pude evitar apoyar mis manos sobre su mandíbula y deslizarlas luego hacia atrás, rodeando su...
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