El pueblo de Haltenclock era un lugar no muy grande pero muy acogedor y lleno de vida, el sitio estaba en pleno crecimiento, a cada rato se abrían nuevas tiendas que llamaban más turistas, también empezaron a llegar al pueblo exóticos productos provenientes de las grandes ciudades, aun así la agricultura y la ganadería era...
Cumplir 56 es raro. No suena redondo como los 50. No tiene la épica de los 40. No impresiona como los 60. 56 es como ese piso del edificio al que casi nadie va, pero donde, si te pierdes, encuentras una azotea con una vista brutal. Ayer me cantaron “Happy Birthday”. Sí, muy a mi...
CARTA PARA UN DECAÍDO Deja de mirar la vida con ojos tristes, limpia las lágrimas que dan muestra de tu sufrimiento; basta tan solo una sonrisa para cortar el largo hilo de la nostalgia. Mírate a ti mismo, piénsate como un héroe, hazte un coloso de tu decaída figura; no eres como te miran, eres...
Cuando la boca se cierra el corazón y el cerebro son los únicos que están abiertos, durante mi vida pasaban personas, algunas eran pasajeras y otras aun siguen conmigo, las palabras no salen de mi boca cuando quiero expresar lo que siento, es por eso que plasmo mis pensamientos y los entierro en una tumba....
La conocí en la Clínica Arequipa, en el área administrativa, que dicho así suena importante, pero en realidad era un cuartito con olor a papel viejo, tóner, música de radio FM y gente que parecía tener la vida en pausa mientras el sistema cargaba. Yo entraba ahí a tramitar órdenes de compra, con mi eterno...
La Navidad, para mí, nunca fue ese comercial de Coca-Cola con renos emparejados jalando un trineo por el cielo. A mí la Navidad me daba como alergia del alma. Me picaba por dentro. Me ponía raro. Y lo peor: me convertía en una especie de actor dramático sin contrato, llorón profesional, con lágrimas incluidas, aunque...
Cuando mis hijas eran pequeñas y salíamos a pasear por el campo, antes o después, caía la misma pregunta: «mamá, ¿es circular?» Era el momento de que su padre sacara la ristra de adivinanzas, cuentos personalizados y demás entretenimientos. Y es que sólo el pensar que había que volver, cargaba sus zascandiles piernas. Pero, ah, si...