Hileras gastadas de muelas que callan el hambre y aúllan esperanza… Carnaval de ollas rotas durmiendo en abrazo de urna funeraria. Ciudad de jaulas blancas vestida por la luna, de cardón y fantasma. Pucará de Tilcara. Collar de piedras de algún dios que cayó muerto sobre la tierra.
Relato poético del horror en primera persona. "nadie sabrá que estuvimos" se pone en la piel y la voz de una detenida-desaparecida durante la dictadura cívico-militar argentina y su paso por un centro clandestino de detención.