Ya eran las tres de la mañana. La noche, como de costumbre, era lúgubre y oscura, con densas nubes cubriendo la tenue luz de las estrellas y la luna. Desde hace unas horas, los músicos habían empezado a embrutecerse con variedad de bebidas, que era lo único que su escaso capital les permitía comprar. Celebraban...
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