suelta, y la orden suena a trinome lo dices tú, que tampoco sabes dónde va este trenque tampoco sientes los piestú, que tienes la espalda tan cargaday el pecho tan hundidome lo dices tú, con tu voz taimadaen mis oídos saturados de graznidos suelta, y suena a niñoa gol, a giro de peonza, a bolsa...
El tiempo, si bien corre con los mismos segundos, minutos y horas, para todos, aún así distintos puntos de vista sobre él, en medida, en su valor, etc.
Por el momento no ha llegado esa sinfonía aún, he tratado de buscarla en cada orchestra, por un momento creí haberla encontrado cuando estaba contigo, pero no, fue ahí cuando se desvaneció. Y a esa sinfonía, la llamé «equilibrio».