Este prólogo presenta al personaje principal en su viaje a la consciencia de su vida pasada, los recuerdos del vástago de un arcángel, empezando una profecía y concluyendo con el árbol de los mundos.
Un hombre solitario y un cuervo luchan contra la más frígida aberración del mundo, ven de frente el rostro de la injusticia, la desolación absoluta del otro lado del lago, la mismísima madre de todas las tumbas.