Nuestro campo de mazorcas secas” — Creo que estoy enamorado. Esa tarde la casa estaba completamente vacía. No había nadie que la escuchara subir las escaleras, abrir la puerta del dormitorio y desarmarse la cama. Y acaso sí, algunas ardillas que jugaban sobre los pinos del tapial escucharon el grito ahogado que dio contra las...
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