–Extraño un poco manejar mi auto –me dijo. –No hay problema. La próxima vez que salgamos vengo a buscarte, dejamos mi auto acá y vamos con el tuyo –contesté...
Difícilmente esos chicos, de 11 y 7 años respectivamente, supieran lo que realmente estaba ocurriendo. A esa edad nada se sabe sobre conceptos. Las cosas simplemente se viven. Sin intelecciones ni conciencia de ningún tipo...
Los sentimientos siempre tienen una cuota de misterio. Cierta calidad de recónditos que los hace un tanto incomprensibles. Pero si bien es verdad que nunca terminamos de descular algunos matices, siempre insisto en que pueden explicarse, que esos afectos tienen motivos por los cuales crecen y se sostienen en el tiempo. Si tuviera que explicar...