Es medianoche de lunes, pero todavía siento la resaca del domingo. No lo digo porque haya bebido —ya no tomo desde hace un par de meses—. Lo digo porque el domingo lo que me embriaga es una inmensa tristeza. Inexplicable. Es una sensación de melancolía idiopática. Entre ayer y hoy me quedé leyendo a Pizarnik....
Seguir leyendo
7
0