Ya no está, lo logré, lo asesiné, no fue tan complicado, al fin y al cabo ya estaba muerto por dentro, en estado de putrefacción. Fue muy raro tener su corazón en mis manos, porqué no sangró. No lo sentí, ni lloré, ¿por qué? No lo sé, sé que el yo, tampoco lo sintió.
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