En medio de la pandemia, cuando las risas compartidas, las salidas con amigos y los abrazos se volvieron recuerdos lejanos, descubrí un amor que trasciende lo físico. Aprendí que el afecto más puro no necesita tacto ni mirada, sino que crece en palabras, silencios y conexiones del alma. Es un salto de fe, amar sin...
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