Allí, en medio de un entorno apacible y, a través de un lento proceso interior que recorrí a tientas, descubrí la que sería mi filosofía de vida a los veintiséis años.
Encender el televisor y saber de antemano las malas noticias. Tener miedo y pararnos uno junto al otro. Vernos a los ojos un momento y sonreír. Abrazarnos con ganas y sentir en nuestros cuerpos una tranquilidad, que sabemos momentánea. Querernos tanto. Escuchar de fondo promesas vacías y sentir los números caer hasta lo más profundo....
De niña me gustaba mucho ir a casa de mi abuela a comer sándwiches con mucha mayonesa. Ella hacía los mejores sándwiches mojados del mundo. Eran solo dos panes con mucha mayonesa, queso americano (amarillo) y jamón, pero eran deliciosos. Después de haber salido de una cirugía de alto riesgo a causa de un accidente...
Soy una intuición. Un instinto irracional. Inmaterial, intangible. Etérea. Una inmaculada lujuria de esclavizadora piel. Soy inmensa, inmarcesible. Incontrolable. Eso, ¡todo eso soy! El centelleo que rescata tus tinieblas. El secreto escondido al otro lado de tu ambigüedad.