Me adentro en una calle que no tiene nombre porque, hasta hace unos días, no llevaba a ningún lado. Es un camino de lodo y basura. La fetidez es fuerte: tapo mi nariz y avanzo, lento, pero con convicción. «¿Qué hace un niño solito por aquí?», preguntan unos vagabundos. Por un momento creo que me...
Así habrá de transcurrir su perruna vida de un dichoso tedio al pie de nuestros sofás o sobre ellos, relamiéndose ausente debajo de las mesas o sillas o reiventando alguna ropa vieja como su juguete favorito hasta que, entre cabizbajo y estremecido, la muerte le arrebate su intacta promesa de afecto perpetuo. Por lo pronto...