Mi alma y yo

En una pequeña ciudad, donde las calles empedradas susurraban historias de antaño, vivía una joven con su alma, vibrante y llena de sueños, se había encontrado atrapada en un torbellino de emociones por un amor no correspondido cada día, al amanecer, sentía cómo su alma se desvanecía gota a gota, como la niebla que se disipa con los primeros rayos del sol.

Ella había conocido a alguien especial en una librería antigua, un lugar donde el olor a papel viejo y tinta fresca se mezclaba en un abrazo eterno desde el primer momento, sus ojos se encontraron y su corazón supo que había encontrado algo especial sin embargo, esa persona, con una sonrisa enigmática y una mirada distante, parecía estar siempre en otro mundo, uno al que ella no podía acceder.

Cada encuentro era una mezcla de esperanza y desesperación sus conversaciones eran profundas, llenas de risas y complicidad, pero siempre había una barrera invisible que  no podía atravesar ni tampoco comprender ,su amor crecía, pero también lo hacía la certeza de que sus sentimientos no eran correspondidos dado que no recibía lo que ella daba y  su alma, antes llena de luz, comenzaba a apagarse lentamente.

Una noche, mientras la luna llena iluminaba la ciudad con su resplandor plateado, decidió escribir una carta cada palabra , llevaba  cada emoción, cada pensamiento y cada lágrima que había derramado la dejó en el buzón, con la esperanza de que al leerla, esa persona pudiera entender la profundidad de su amor.

Los días pasaron sin respuesta, y sintió que su alma se desvanecía aún más rápido pero una noche, mientras caminaba por el parque donde solían encontrarse, vio una figura familiar bajo el viejo roble, Era ese joven apuesto sosteniendo la carta en sus manos sus ojos, normalmente llenos de misterio, ahora estaban llenos de algo que no podía descifrar.

El la miro y dijo : «he leído tu carta». No sabes cuánto me ha conmovido. Pero hay algo que debes saber.» Su voz se quebró, y ella sintió un nudo en su estómago. «No puedo corresponder a tu amor como tú deseas, porque mi corazón pertenece a otro tiempo, a otra persona que ya no está.»

Ella, con lágrimas en los ojos, comprendió que aunque su amor no sería correspondido de la manera que ella deseaba, había logrado algo más profundo había tocado el alma de esa persona y le había dado una nueva razón para vivir y en ese momento, sintió que su propia alma, aunque herida, comenzaba a sanar.

Y así, en esa pequeña ciudad, donde las calles empedradas seguían susurrando historias de antaño, Ella escribió su propia historia, una de amor, pérdida, y otra de  eterna esperanza de un nuevo amanecer.

Y ella fui yo.  : )