EL MAR ESTÁ LLENO DE PECES

Me llamo Blanca y estoy muerta. Hice todo cuanto pude por evitarlo. Pero mis argumentos, frente al hambre prolongado al que ellos estaban sometidos, no sirvieron de nada. Y pensar que yo les estuve alimentando con mi leche de día y de noche, que ya me dolían las ubres de tanto estrujármelas. Seca me dejaron. No se puede ser más ingratos. Ahora míralos, qué satisfechos están, ni una pizca de cargo de conciencia tienen.

-Pero ¿Tú crees que hacemos bien?, el mar está lleno de peces…

-Mujer, ya sabes que yo soy más de carne y si encima está crudo…Era ella o nosotros. Y puestos a elegir…

Qué muerte más absurda. Todo mi futuro y mis sueños tirados por la borda. Yo siempre soñé con viajar a la India y llegar a ser una vaca sagrada, eso debe ser lo más de lo más. Ser respetada por todos y sobre todo no acabar en la panza de algún desalmado.

-Pues yo la había cogido cariño, ya ves.

-Era demasiado pesada, la balsa no aguantaba más, mucho mejor ahora, más ligeros.

También me hubiera gustado aparecer en un pasaje bíblico y que el mismísimo faraón hubiera soñado conmigo, me daba igual que hubiera  sido de las gordas o de las flacas.

-Pues a mí me da cargo de conciencia. Recuerdo cuando me miraba y parpadeaba con sus largas y negras pestañas y esa forma tan graciosa de mover el rabo, que no había mosca que se le escapara.

-Terminaras por  olvidarla. Oye ,¿qué hacemos con su piel?, de aquí salen unos buenos zapatos.

-Sí, y hasta un abrigo para mí…

Mi infancia no fue nada fácil, en la granja me hacían bullying. Las otras vacas se reían de mí y todo porque nací sin manchas, toda blanca. «Que si ahí va la desteñida, que si qué pálida estás…¡Qué mala leche se me ponía!

-Mira, parece que allí hay un bulto flotando en el agua.

-¿Dónde? ¡Ah! Sí, ya lo veo. Agarra el fémur de Blanquita y rema fuerte .Vamos a ver qué es…

¡No! Es que no han tenido suficiente…¡Nada! ¡Nada, en dirección contraria, no te dejes atrapar! Al principio parecen buenos pero luego te arrancaran hasta la piel.

-¿Qué es? Parece una oveja, ¿ cómo habrá llegado hasta aquí…?

– Y eso que más da. A mí ya me empezaba a doler la espalda de dormir en esta madera tan dura, necesito un colchón mullidito.

-Sí, la verdad  es que ya refresca por las noches y una mantita de lana nos vendría muy bien…

-¡Vamos, rápido, antes de que se ahogue! La leche de oveja es deliciosa…y a mí ya me empieza a rugir el estómago.

-Pero ¿Tú crees que hacemos bien?, el mar está lleno de peces…