EL RELOJ MALDITO

Cada mañana, despertaba con el sonido insistente del reloj en la sala, ese tic-tac, tic-tac  era como un compás que marcaba mi vida, constante, confiable. Pero aquel jueves, al abrir los ojos, supe que algo estaba mal…. el  abrumador tic-tac había desaparecido.

Bajé las escaleras extrañada, con una sensación de vacío que no podía explicar y allí estaba ese maldecido reloj, colgado en la pared, exactamente donde siempre había estado, pero al mirarlo de cerca, me quedé helada. Las manecillas habían desaparecido.. La esfera estaba intacta, pero no había rastro del minuto ni de la aguja de las horas.

-En serio? será una broma!!, pensé en voz alta como si la locura se aferrara a mi percatándome de que no tenía sentido. Me acerqué sigilosamente y pasé la mano por el cristal, pero en cuanto lo toqué, me invadió un vértigo extraño, como si el suelo se hundiera bajo mis pies, y eso solo acababa de empezar..

A lo largo del día, noté que algo no estaba bien,una sucesión de peculiares historias invadieron el momento. El café se enfrió en segundos, como si el tiempo se adelantara,  en el trabajo, las reuniones que solían ser eternas pasaban en un suspiro, mientras que otras cosas como los silencios y las esperas se estiraban más de lo soportable, entonces me di cuenta de que la percepción del tiempo estaba rota.

Por la noche, desesperada y aturdida por todos aquellos nefastos acontecimientos, decidí desmontar el infame y embrujado reloj. Me senté frente a él, con un destornillador en la mano y la determinación de acabar con lo que fuera que estuviera sucediendo. Pero cuando quité la tapa trasera, no encontré engranajes ni pilas allí no había nada, solo un vacío oscuro que parecía no tener fin. Aquello me traumó mas de lo podía esperar, pero no fue lo peor ..antes de que pudiera apartarme, una voz resonó en mi cabeza:

-¿Por qué me buscas?¿ que es lo que quieres de mi?

-Por todos los demonios del inframundo!!- esbocé aterrada

El miedo me paralizó por completo, quise responder, pero las palabras se ahogaron en mi garganta y mi aliento se mermaba. Cerré el reloj de golpe y lo devolví a la pared, la verdad es que pensé que ignorarlo sería suficiente, me equivoqué para variar pues el mundo seguía retorciéndose.

El amanecer llegaba cuando menos lo esperaba, los días y las noches se mezclaban, y yo ya no tenia ni la mas mínima de  idea cuánto tiempo había pasado , era una odisea, peor aun era como estar en el looping de una montaña eterna, como la película del día de la marmota

Finalmente, no pude soportarlo más. Arranqué el reloj de la pared y lo lancé al suelo. Al romperse, todo quedó en silencio. Las calles, las voces, incluso el viento: todo se detuvo. El mundo entero había quedado congelado, menos yo.

Ahora camino en este vacío, llevando el reloj bajo el brazo, incapaz de dejarlo atrás. No sé cómo volver a sincronizarme con el tiempo, solo sé que, desde aquel día, el tic-tac nunca regresó.