Tenía ganas de visitar mi pueblo,  de recorrer las calles que tanto anduve en mi juventud cuando iba al cole, a las ferias,  cuando iba a la bodega,  en fin. 

La recordaba tan vividamente, que sólo en pensar ya, estaba ahí. 

Quería ir de nuevo, para ver a mi único hermano varón y así, se lo hice saber.

Tuve que tomar un vuelo a las 9p.m, toda la tripulación eran jóvenes!  Me suena que un señor y yo, éramos los más grandes. 

Hacía un calor sofocante, los asientos húmedos, tenían un tacto poco agradable, allá en lo alto, veía con curiosidad algunas luces,  muy escasas para la hora y pensaba! Si algo me llegara a pasar, mi hermano se sentiría responsable por ser él, el motivo de éste viaje. 

Juré jamás volver a cometer ése error! a lo lejos, vi con emoción y tristeza la línea de luces macilentas  que indicaban la vía de aterrizaje, por fin! A Dios gracias. 

Ahí estaban mis hermanos, él me abrazo al verme y lloramos juntos, ya que teniamos 11 años sin tocarnos, el coche que encontraron para ir por mi, fue una ambulancia que el vecino tenía en reparación, aquel vehículo olía a dolor, rezos, súplicas y al final,  a esperanza. 

Estaba feliz, cómo y dónde, no importaba, estaba con ellos y ése era el objetivo.

Viví 28 días y, con suma pena veía como mi pueblo, estaba sumido en la soledad, y casi todas las noches lloraba a escondidas,  en silencio saboreaba los amargos momentos  que vivian los míos,  día tras días. 

Las casas se veían como de juguetes, pequeñas, los colores vivos que solían lucir, el tiempo las borró, las hojas de los árboles enclenques no se movían, el tiempo se detuvo, mis vecinos ya no estaban. Era extraña en mi suelo, en mi casa, en mi pueblo.

La mirada lánguida se me perdía en la distancia, tratando de ubicar mi pasado, pero no! El tiempo se detuvo ¿El aire caliente derritío a las personas que me vieron crecer? Ése, mi pasado también fue borrado y, que sólo yo lo recordaba con añoranza.

Un escalofrío me besaba con ahínco, maltrechando mi estancia, y me recordaba que estaba de visita y que, ya no pertenecia a ese presente. 

Prometí volver, besar con los pies, la arena que comía cuando gateaba de bebe, volverme a sentir que soy parte de ése hoy,  anclado de mi pueblo, volverme a sentir parte de ése lugar.

 

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