El Pedito

Oiga, compadre, déjeme platicarle lo que pasó en la tarde,
Y a usted no le quiero mentir,
Pues a mi novia se le ocurrió decirme
Que quiere presentarme a su madre hoy al salir.

Cuando llegamos, me sienta ahí en la sala,
Y luego, ¿qué me dice?
«No se me vaya a ir,
Aquí me espera, que yo voy a buscarla,»
Y luego, ¿qué se mete a un cuarto sin salir?

Pero, que en eso se aparece mi suegra,
Y yo con la vergüenza de que me encuentre allí,
Y me escondo detrás de las cortinas
Para que no descubra que yo estoy ahí.

Y de repente escucho un sonido,
Para mí tan conocido,
Y dije, «¡Ya valió!», porque al ratito
Me llega el olorcito.
Si vieran mis ojitos,
¡Qué lágrimas tiro!

Y aparte de eso,
Mi estómago tan frágil,
Que ni pudo aguantarse,
Pues él se vomitó,
Y mi suegra descubre mi escondite.
¡Si vieran su zapato, cómo me lo aventó!

Y ahora me pasó corriéndole a mi suegra
Por un simple pedito
Que a ella se le salió.
Y yo ya no encuentro
Cómo disculparme
Por estar presente cuando ella se lo echó.

Y yo ya la entiendo,
Ya que ella estaba sola
Metida allá en su hogar.
Si hubieran visto qué pedo más hermoso,
Y se lo reconozco,
Que fue para descansar.
Si hubieran visto qué pedo más hermoso,
El que se echó mi suegra arriba del sofá.

Y si viera, compadre,
Cómo quedé de asombrado
De ese pedo tan hermoso,
Clarito que lo oí reírse,

Carcajeándose todo gustoso,
Inundándome con su esencia,
Con ese olor tan apestoso.

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