Subió por las escaleras mecánicas lentamente, le gustaba fijarse en la decoración del Centro, le gustaba mirar a la gente entrando y saliendo de las tiendas sonrientes y a la vez orgullosos de haber encontrado el regalo o regalos ideales para alguien especial, mientras se escuchaban villancicos de toda la vida que ella a su vez tatareaba mientras sonreía.
Dentro del Hipermercado y sin saber porqué, sintió un escalofrío por toda la espalda, de repente estaba intranquila, sintió que alguien la observaba. Allí estaba ella, enfundada en un elegante abrigo rojo, esbelta, sujetando un carrito vacío mirándola fijamente.
-¿Tú otra vez? ¿Qué haces aquí? le pregunto algo molesta.
Ella no contesto, simplemente empujo el carrito y se marcho hacía la zona de las Flores de Pascua.
-Toma la más bonita , te la regalo. Dijo la mujer mientras sonreía.
-No, muchas gracias, no compro Flores de Pascua, respondió ella amablemente.
-Lo se, pero a lo mejor este año es diferente. Volvió a decir la mujer de nuevo.
-No, este año tampoco, le contesto mientras le daba la espalda e iba a buscar su carro que también estaba vacío.
En cuanto la perdió de vista se dio cuenta que la tristeza se había apoderado de ella exactamente como el año anterior.
No iba a darse por vencida e inicio su camino hacía la zona de los comestibles, saco su lista y empezó a meter cosas en el carro, cuando de nuevo se la encontró en la zona de los turrones.
-Espera, espera no te vayas, le grito la mujer de nuevo.
-Lo siento, tengo la compra a medias, hoy tengo prisa, le contesto ella intentando marcharse,
-¿Prisa? pregunto ella en tono algo burlón.
Silencio…
-¿Bueno no contestas? Continuo diciendo la mujer.
Quería marcharse pero tanto ella como el carro de la compra estaban paralizados ¿Qué es lo que la estaba pasando? Se pregunto.
-Estoy esperando, hablo de nuevo su vieja amiga, mientras la rodeaba con su carro vacío.
-¿No me reconoces? de verdad no sabes ¿Quién soy? preguntó sarcásticamente.
-Déjame que me vaya por favor, dijo ella con un hilo de voz.
-Vete, le contesto ella. Tienes prisa
-Si, le volvió a decir, este año tengo prisa.
-Está bien, pero antes de marcharte, responde a una pregunta:
-¿Todas esas cosas, son para ti sola?
-No, me las voy a comer con toda mi familia, le contesto toda orgullosa.
– Mira, te lo pregunto de otra manera:
-¿Todas esas cosas, te las vas a comer tú sola? enfatizando el «tú sola»
-Una lágrima asomo por su mejilla, admitiendo que esa Navidad también la pasaría sola y agarrándola del brazo le pregunto:
-¿Me acompañas a devolver a su sitio todas estas cosas?
Caminaron juntas, colocando cada cosa en su lugar, hasta que el carro estuvo totalmente vacío. Finalmente se despidió de ella con un:
-Ojalá no nos volvamos a ver.
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