A Juan Carlos Sena [1].

¡Que manera de amar, por favor!

Participó:

en política

en sindicatos

en derechos humanos,

y con víctimas del exilio.

Poniendo:

fuerza y sueños

inteligencia y coraje

ilusiones y ganas,

y sin bajar sus principios.

Luchó:

contra las dictaduras

las injusticias

y la impunidad.

Exigió aparición con vida

de todo desaparecido

reclamando justicia

exigiendo coherencia,

imaginando que un mundo mejor sería posible.

A sus hijos les transmitió:

cariño

coraje

valores,

queriendo que vivan con raíces y alas.

Recibió muchos nietos

con el mismo entusiasmo

esperando ver en ellos

otra vez el mañana.

Ayudó sin pedir referencias

sabiendo necesarias:

la contención

una mano extendida,

y ser comprendidos.

Hizo de todo:

desde disparar por amor

hasta discutir sin sentido

fundó bibliotecas

ejerció el periodismo

acompañó marchas,

y contagió optimismo.

¡Que bueno haberlo conocido!

haber sido su amiga

haberlo querido.

Se fue:

ya su vida no corría peligro

su vista se iba, y veía más claro

se fue sin decir nada, se fue callado

sin pedir permiso

sin avisar

sin abandonar,

se lo llevó el destino.

Nos dejó un vacío

que huele a pesimismo

nos dejó sin aire

nos dejó en un suspiro

nos dejó sin él

sin su apoyo

sin su vida,

La Tribu[2] caminando

Por el Mismo Camino[3].

Nos dejó así sin más:

antes de embarcarse

antes de llamarme

antes de vernos

antes de volver a reírnos

antes de llorar de nuevo

de brindar por un día más,

o sin motivo.

Dejó a su gran amor, a María, sin él,

su descendencia sin su guía

dejó a oyentes sin su programa

y tanta música que no será difundida.

Dejó:

a sus perros

sus libros

su boina vasca

los discos de pasta,

y los tantos amigos.

Su Cuchilla Alta[4]

su vaso de vino,

y se fue tranquilo,

Quemando Mentiras[5].

Dejó a su Uruguay sin un faro

para reclamar contra el olvido,

dejó un mundo que sin sus manos perderá brillo,

le faltarán fuerzas para orientar su destino.

.

.

Notas:

[1] Juan Carlos Sena no es un personaje, aunque no hubo muchos como él, fue un ser humano. Peleó por un Uruguay mejor, exiliado siguió trabajando por su país con una coherencia políticas que pocas veces vi, y respaldando las causas sociales tanto de su lugar de residencia, Argentina, como de cualquier otro sitio. En mayo de 2018, nos dejó.

[2] La Tribu es la radio comunitaria donde realizó su primer programa de radio, que se llama [3] Por el Mismo Camino, aún sale al aire con otros conductores.

[4] Cuchilla Alta, un balneario uruguayo que frecuentaba.

[5] Quemando Mentiras, su último programa radial, nombre puesto en homenaje a la canción del cantautor Manuel Capella.