La desdicha que cargan tus hombros
no detiene mis pulsaciones,
imitadoras de las tuyas.Y sin pedir permiso
se balancean al entorno de un precipicio
Cayéndose a un abismo infinito
de ilusiones que tu sembraste;
Pensé que todo iba a morir pronto, pero te quedaste
Y te has negado culminar lo que dañaste.
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