¿Por qué me miras?
Soy hombre-hiena,
mira como devoro tu piel sin remordimientos,
con la sonrisa perversa pervertida
como las llagas sangrantes de una noche.
Al día siguiente
tu mirada líquida se escurrió por la rendija de la puerta.
Ondas guturales reventaron mis oídos.
Me cuestioné ¿Soy la extraña criatura o soy Nada?
Soy el olvido rodeado de los hijos no nacidos.
Soy desierto, extenso como Salvaje
Soy madrugada despertando de la muerte.
Hoy que camino por el bosque buscando
a la dueña de la vagina que engulló simientes nubosas.
¿Seré ese extraño árbol buscando sombra para descansar de la noche?
¿Por qué me miras?
Médula
Amo tu boca de hielo
congelada en luna creciente.
Amé succionar tu médula
hasta consumirte cada noche.
Amo un estremecimiento trémulo,
Frío.
Amo beber café de entre tus poros abiertos.
Amo que no te parezcas a nada de lo que amé antes
cuando estuve allí, hecho dios, entre tus piernas.
Habló hoy la lluvia
En la fiebre pude soñar a Beavoir, la diosa, danzando alrededor del tótem
fálico, erecto, orondo.
Esos sueños donde no importa cortar cabezas
en un ritual de retorcidos temblores
desgarrando la piel
desmembrando las arterias
arrancando placer de cada gota de sudor
y los gritos extraídos desde el útero.
¿Qué es el encuentro?
Donde inician las alas de las aves
que migrarán a otra piel
y no regresarán.
Tuve que mentir para ocultar las mujeres inhaladas
en habitaciones azul amargo.
Huir antes de ser descubierto, salvar la vida
Evadir acusaciones
huir con otro aliento en los oídos
otros abrazos fuertes impregnados de vainilla.
Exorcizar de los labios el olor a musgo
Lijar de los labios el lipstick azul, el morado y el rojo,
desvanecer el olor de otras sábanas
olvidar enredarse en palabras de otras lenguas.
Al final
beber tanto vino tinto de unos labios negros
para que la soledad caiga embriagada
y por hoy, dejarla dormir toda la noche.
Libre de culpa
¿Por qué existen voces en las sombras?
Dónde encontramos la fortaleza para sugerir tempestades
Homicidios nocturnos
o simples suicidios desesperados.
Estado nocturno
Exiges una señal,
para saber si estoy
en el menos nocturno de mis estados.
No
estoy en el más corrosivo
de mis humores.
Donde no soporto el sabor
del rímel en tus ojos
ni el color de tu voz.
No soporto el escurrimiento de tus pechos
y lo peor de todo, perdí tu beso en alguna parte de mi cuerpo.
Qué terrible es no poder arrancarse de sí mismo
o deshacernos de lo sido
y hacer diferente lo que haremos.
Es terrible no poder dejar de ser lo que somos
quitarse la nariz
olvidar perfumes.
Arrancarse los ojos
para olvidar el orgasmo azul y el rojo.
Quitar el revolver de la boca
la vida del gatillo.
En esas manos
se tejieron las muertes
todas ellas, sus diferentes caras
todas me miran
ahora.
Mujer ancla
en el fondo del mar
abrazada a una roca hay una mujer.
Mujer en llamas
has ido a la cama
a devorar sueños.
Mujer de labios extintos
me dejas rencores
y muchos lamentos
que por hoy
no necesito.
Mujer eclipse
quisiste devorar sol
ahora quemas desde dentro.
Esquirlas
No dejaré que huya ni una célula muerta de piel,
el olor de tu cuello provoca morderlo
es frutal
no te desalvies
deja fluir el dolor
no humedezcas la roja granada
no explotes en orgásmicas esquirlas.
Olor de albahaca
temblores de ciruelas.
Las respiraciones
enfrutecidas,
ahogadas.
Tu voz desgranada
disonante,
maldice duraznos hasta desangrarlos.
Amor a cielo libre
Camino de puntitas sobre veredas de muslos
nalgas y espaldas.
Puedo jalar cabellos en medio de jadeos
besar cavernas,
coleccionar breves cinturas
y pechos puntiagudos clavándose en mis costillas.
Absorber esas sonrisas de lenguas locas
que me lamen el alma.
¿Qué importa?
Si para eso es, para derrochar saliva sin sentido.
Dejar en cada oreja una vibración aguda
derramar piernas por los cuatro puntos cardinales.
Hundir mi nariz en el océano clitorial,
navegar mareas de gemidos
buscando humedales
bocas y labios.
Amor al cielo libre
todas las voces terminan siendo viento
y el amor polvo de estrellas
que acecha los caminos.
Algunas veces
Prefiero la luz a través de las ventanas,
abrirlas de par en par para que entren atardeceres,
que iluminen el espíritu, la piel, la cabeza, el sentido
al transitar en este mundo de polvo rojo.
Nunca te ves a ti mismo en el cuadro.
Ese es un enigma que habré de resolver
alejándome del mundo impresionista pintado en la pared.
Reina
Extinta
o Rota
Confieso haberte bebido hasta la embriaguez.
Transitaste líquida la tráquea quemando cada célula de piel.
Aferrándote a la simiente grotesca del verbo creador.
Quédate esta noche hasta que muera
enterrando la nobleza en la cúspide del monte Gólgota lleno de cráneos
y amores sin sentido.
Deja de hablarme de horizontes sin terremotos y vidas eternas,
acompáñame en el camino,
quítame la ropa y la piel hasta dejarme en carne inerte.
Besa todas mis sombras
y piérdelas en el campo abierto del desierto.
Tus ojos velan mi cuerpo y no me dejan descansar en paz.
Hipóstasis de memorias acumuladas en los restos
de esas plantas de albahaca, en los árboles de olivo,
y la higuera, el olmo, los pirules
Secos
Muertos
Sus voces fantasmales me gritaron que huyera
antes que mi raíz se secara también.
Las palabras
Las palabras son vientre irascible de pertrechos irritables.
Las palabras son torrente de peces rabiosos fuera del mar.
Mejor te digo que no mires atrás,
no queda mucho por ver
algunas ruinas, algunos fósiles, algunos besos tirados.
Humo
A la deriva se retuerce el humo
danza en la entropía conforme se desvanece.
Así el amor
es humo de tiempo perdido.
Ave lunar
Ella volaba,
pero nunca llegó a mojarse los pies en la luna
donde se hidrataban mis palabras de luz.
¿Quién eres?
El fuego fatuo de la voz de Dios,
o la caricia rampante de los infiernos.
El abismo en una cicatriz,
o un crujir de ventanas.
La biblioteca de antiguo,
o el triste soborno del porvenir.
¿Quién te has creído?
Un abrazo erótico de la Venus,
o el Saturno devorador de infantes.
La fidelidad de una tornamesa,
o el callado murmuro de un arrebato.
El ocaso de la multitud,
o la vanidad de la muerte.
Porque quiero que destruyas todas las imágenes
mientras tus labios se cierran.
Que estrelles en las rocas
la sutileza de este espacio.
Hasta que todo lo que has sido
deje de ser una maldición.
Hoy eres desierto
manos de tierra y
rostro de sol.
Eres árbol,
piedra, río y cerro
eres un torrente de agua en sequía.
Te visten de morado
y te decapitan,
pero quieres ser reivindicada en letra
y amada en color.
Quieres ser parte de la historia.
Con un grito de guerra
has sido acariciada
por caminos sombríos
de piedras no arrojadas.
Eres arena entre una mirada llena de paredes,
pero abres el relicario de nuevas andanzas
y te conviertes en semilla guardiana de tradición y costumbre.
Eres el final al principio de la vida ungida de ceniza en cruz.
Cavando una tumba,
para guardar tus secretos
rotos.
Planeta esfera
Camino en un planeta esfera
Poblado de hierbas carnívoras,
un pescado rabioso dice:
Todas las hojas son del viento,
y del polvo que mis pasos levantan.
No existe la inmovilidad,
todo rota
se traslada de estación a estación.
Planeta esfera Gira
La fuerza centrífuga
achata los polos
acercando el frío
al corazón.
Y yo, hacía erupción de lava incandescente,
sin darme cuenta que todo volcán es una falla
y que al encuentro del aire la lava se vuelve roca ígnea.
Tus palabras fueron icebergs que
erosionaron mi espalda.
Mis convicciones fueron atracción turística
de moscas en estado larval.
No me toques
no intentes levantarme
disfruto del corazón infartado.
No me resucites
me excita el olor oscuridad.
No quiero seguir aparentando vidas ni pánicos.
No quiero ser presencia para monstruos
ni para nadie decente e indecente.
Déjame sobre las cenizas su calor es reconfortante
Estático
Estético
Homeostático
Hasta que sacuda la tolvanera
Que habita detrás de los ojos.
Hasta que arranque los ruidos y silencios del árbol de la vida.
Estoy en lucha constante por arrancarme el hilo de plata
para que no importe ni un solo lazo fraterno.
La alianza y la fidelidad murieron en tus manos
en una iglesia en ruinas encima de un altar en inanición.
Los votos se cayeron de tu boca al suelo
fueron basura
fueron votos de guerra
Los gusanos comerán cada verbo cercenado
en las oraciones elevadas.
Cosmos
Los infiernos ascienden al mundo terrenal
Goethe sabía que Mefistófeles era mujer.
Ellas para la guerra
Yo para ver el cosmos colapsar
O la luna caer
Había un tiempo
Mucho tiempo
casi infinito
Tal vez, la vida sea una habitación sin puertas.
Vengo del sarcasmo
de un conjunto de neuronas de obsesivas compulsiones
Bipolares, sociópatas.
Escucho voces de múltiples personalidades,
Amarillas. Rojas. Azules
Y un blanco persistente.
Quisiera ser por momentos luz
por momentos oscuridad.
Entrar por tu ventana
Torcerme en tus curvas
morder las comisuras de tus labios
Mientras tú
Me reduces a la perversidad
de un maléfico plan para manipularte.
De lo único que me acuso es de un mínimo sentido de pertenencia.
Y sucedió la tragedia
durante la constelación del dragón
Una mota de polvo que vive plácidamente
en el rayo de sol que se filtra por la ventana
intenta matarte.
Al final, soy un maquiavélico sujeto, con un predicamento
creo que la vida es
Flotar
fuera del planeta.
En la levedad construir maravillas
de espacios vacíos.
Y en cada universo: espacial, terrestre, marítimo, molecular, cuántico
ser un objeto extraño atrapado por la gravedad.
Tumba
Con tanta sangre en los ojos
sangre en las manos no habrá marcha atrás.
Dejaré que los puentes se tiendan sobre la humedad rabiosa
de tu mirada triste.
¿Podré encontrar alma todavía en las grietas?
Las grietas de mi piel rota,
quiero llenarlas de tus silencios.
Y llevármelos a la tumba.
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