EMBRUJO
Sigilosa y huidiza te adueñas de mí
coqueteas con la fragilidad de mi ego
en las largas noches de soledad
yo cedo, sin muchos contratiempos.
Pero, ¿cómo no caer ante tu embrujo,
deliciosa hechicera?
Si con una mano concedes fácilmente placer inmediato:
desahogo, evasión, expresión y poder
un coctel tan letal que aniquilas mis defensas.
Me sientas en tu trono, con cetro y corona
juego a ser Dios un par de horas
nada escapa a mi control
yo determino el alba, el ocaso y el de en medio suceder.
Sin embargo, al término del plazo pactado
vuelvo a ser yo…
Yo en este mundo incontrolable e incorregible.
Ante la fría decepción tenés un as bajo la manga
prometes el contenido de tu mano derecha
aproximas el fruto prohibido.
Unas veces lo escondes bajo tu regazo
otras tantas, cuando me percibes abatido, negativo
lo expones ante mis ojos haciéndome soñar que podré,
que algún día llegaré.
Me observas salivar
y saboreas mi necesidad.
Invades mis sueños
penetras en ellos
segura de que sigue en mí el niño aquel
el niño que contra todo pronóstico
seguirá creyendo en la posibilidad.
Lo alientas,
sádicamente impulsas su actuar en un ciclo sin fin.
Saboreas su necesidad.
Eternidad, eternidad.
¡Si tan solo pudiera inscribir mi nombre en la historia!
¡Si mis letras fuesen capaces de impregnar la memoria
tal cual ahora impregnan el papel!
Eternidad, eternidad.
¡Si tan solo pudieran mis palmas
acariciar la dulce certeza de mi existencia!
¡Si pudiera yacer noche tras noche
con la firme convicción de no ser un fantasma, un errante,
una estrella fugaz que sin dejar rastro,
se apaga en el firmamento!
Eternidad, eternidad.
Si mis letras fuesen eternas
¿qué demonios importarían los surcos sobre mi piel?
¿qué importancia tendría la maraña de cabellos incoloros
mecidos al viento?
Eternidad, eternidad.
Si mis letras fuesen eternas
¿acaso no lo sería yo también?
DOWN
Dragones galopan furibundos remolcando carruajes de palabras tiestas.
Letras que se arremolinan en tropel entre la cisura de Silvio y de Rolando.
Descienden impertérritas, incólumes hasta mi nuez de Adán.
Planean ser expulsadas
vomitadas en susurros inclementes,
grises y vehementes
como el mar
como el aire
como el viento glacial.
Los jinetes refrenan su brutal impulso ante el abismo insondable de mis fauces.
Tensos los músculos, imploran liberación
expresión.
Solo un par de bultos cargados de letras infames salen yertas
pobremente articuladas.
Las máscaras paseantes clavan sus ojos en mí
ojos desafiantes que se detienen en mi espalda fría,
¡helados!
¡obscuros!
clavan sus ojos con morbo, con cierta extrañeza.
Y sus miradas son dagas que traspasan mis sentidos…
Hirientes, queman
me queman y me dejan arder.
Arder con dolor infinito
en la hoguera de su fútil desprecio.
¿ Acaso no tendré suficiente con la frustración de mis cientos de palabras galopantes?
Petrificadas
disminuidas.
Ateridas por el frío de sus implacables miradas.
¿Qué es lo que observan?
¿No habrán contemplado un rostro de ojos rasgados?
Miradas lascivas que muerden mis entrañas,
¡miradas sedientas de sangre, de oprobio
de brutal exclusión!
y yo… temblando sudoroso,
impregnado en temor,
inmerso en un mundo brutal y despiadado,
un mundo gris de rocas desnudas
de días nublados
de estrellas sin luz
…Solo pienso en desaparecer.
VIDA
Anhelo en algún momento
desprender mi testa del talle
tirar por la borda el concepto
y extasiarme en la hermosura que halle.
Quisiera inspirar el sutil aroma a lavanda
a tierra mojada de los vastos trigales
saborear la deliciosa vianda
evitar entristecer por causas banales.
La palabra roba la esencia
y la esencia se evapora al hablarla
anhelo amar mi existencia
… con risas y besos disfrutarla.
Que la vida es maravillosa… sí
que es cruel y al a vez es dura… sí
mentira y verdad se conjuga
según quien enjuicie y coma la fruta.
No hay perversión o maldad primitiva
toda falla viene del hombre
derrama la gota furtiva
percibe el cielo que tu espalda cubre.
Deja ya los tontos prejuicios
libérate del concepto
corre al monte, tira los silicios
y sonríe sin causa como cualquier inepto.
Abraza la inmensidad de la vida, ámala
es como el agua que corre por tu palma
sin poder apresarla por ella resbala
mas en tu ser se funde y se integra con calma.
Deja ya las dudas, cambia el recelo
que la vida es corta, magia por entero
deja las lágrimas y emprende el vuelo
que naciste águila y no carroñero.
MIL SÁBANAS
Mil sábanas han rozado las crestas de tu cuerpo, de satín
seda y percal. Pliegues procaces adheridos a tus valles y surcos
incorpóreos
atemporales
impregnados de tu aroma y el suyo, de la conjunción de fluidos nocturnos.
Mudos testigos de minutos delirantes, oníricos
anhelos suplicantes que traspasan tiempos y fronteras.
Sábanas celosas que han guardado parte de tu esencia,
de la mía y de los otros.
Me pregunto ¿qué habrá quedado en ti todavía?
Después de tantos besos, de darte y volverte a dar
a manos insaciables y lascivas.
Después de la esencia robada, arrebatada.
Yo no soy como los otros
que han resbalado en las delicias de tu sexo
que se han enredado en la nívea suavidad de tus muslos
en el musgo de tu piel
montándote sin conmiseración
cabalgándote sin piedad.
No soy como tantos otros
que te han saboreado las leches de pezones turgentes
hundiéndose en tu pelvis, pero evadiendo la profundidad de tus ojos.
Penetran tu más honda intimidad
te follan hasta el amanecer
mas no te miran como lo hago yo.
Ojos negros y profundos
como la noche, como el abismo
que miran sin ver
vacíos, sedientos de amor, de ternura
palpitan suplicantes implorando que la noche sea corta
y el tiempo se acabe.
No lo niego, yo también he tomado tu cuerpo
pero he reparado en la belleza de tu rostro
he hundido mi nariz en tu pelo de cuervo
negro, como el pozo de tus ojos
crespo, como el vello de tu pubis.
Y he buscado tu sonrisa en el mar, en el viento
en el sol y en el agua.
Yo no robo tu esencia, planeo siempre completarla y
contigo
completarme.
Cuando te tomo, busco en tus ojos un destello de amor
mientras, estoy seguro
tú ves en los míos mucho más que pasión desmedida
lujuria mezquina
posesión infinita.
No soy como otros que toman la carne
sin rastrearte el alma de niña
o los frágiles guiñapos que de ella puedan quedar.
Sin buscar la aceptación total, seducirte toda
enamorarte tal vez.
No soy como los otros
que apetecen satisfacción de una noche
afirmar su hombría, sosegar impulsos
egoísmo
negro y vil egoísmo que empaña
ensucia y condena
que artero arranca los sueños
te rebaja
te anula
y eres un poco menos
flor del campo, lucero sempiterno.
Eres un poco menos cada noche
cada maldita noche.
Pero tú
aceptas los billetes
y me dejas solo…
Esperando que quizá algún día
podrás amarme.
PATRIA HERIDA
Mortecina luz dibuja tu cuerpo
mirar herido que congoja refleja
mil lágrimas merecen tus muertos
sus sueños truncos, el alma aqueja.
El anciano cancino arroja el cayado
el párvulo niño pospone su lúdico apego
prestos acuden al llamado
de la nación entera, se escucha el ruego.
Entre escombros se levantan tus hijos
en el clamor de moradas deshechas
portando sobre el pecho crucifijos
y las dermis a jirones maltrechas.
Mas nada impide el proceder insensato
la sonrisa amiga, la mano extendida
mexicano, eres héroe de origen innato
que poco teme sacrificar su vida.
Nobles mexicanos alcemos el puño
guardemos entonces impávido silencio
gritos de auxilio, socorro oportuno
renace el hermano, un rescate presencio.
Amor patrio, orgullo ancestral
oriundos somos de la azteca tierra
de vieja corteza perfumada al copal
y savia vital de voluntad fiera.
Levántate hermano, amigo triste
no llores más la fría mortaja
amor en vida fue lo que diste
en muerte ahora, perenne almaja.
Mexicano, tu mudo espíritu anhela
justicia y sutil consuelo
mientras la mente aguda recela
un corazón dispuesto develo.
Llora conmigo, llora en mi hombro
pero después prosigue tu sendero
es el deber de un hombre probo
sostener la esperanza como un guerrero.
SINCRONÍA
Me reflejo en la profundidad de tus ojos
veo a través de ti.
Me observo en ti y te observo a vos.
Sos una alegre sincronía
de tiempos y momentos.
En tu mirar, adivino el niño hermoso que fuiste
y el viejo achacoso que serás
mientras el hombre maduro frente a mí
me toca, me derrite con su luz.
Amo a los tres por igual
de una manera indivisible e infinita
me conmueven, me prodigan su ternura.
Todas tus imágenes, todas tus siluetas
al unísono desfilan ante mí
como en una proyección constante.
Entonces, te quejas por creerme ausente
empero, es en ese preciso instante
en el intercambio de miradas
cuando realmente te encuentro y me encuentras
nos encontramos.
Te amo a ti y a todas tus formas
amo tus debilidades y fortalezas
tus certezas, tus dudas
y la amplia gama de posibilidades
que te definirán al porvenir.
Sos el amor impetuoso y febril
mar picado, viento salvaje.
Sos también la tranquila plenitud
dulce compañía
de un atardecer pausado.
Sincronía de momentos
de sensaciones y sentimientos.
Pasión y ternura
inocencia y picardía.
El binomio ideal
la medida correcta.
Mezcla perfecta de hoy ayer y mañana.
Quimera y realidad
… pero nunca olvido.
Sos simplemente tu
tan complejo a la par de sencillo…
Mi mayor bendicion
y mi eterno gozo.
PARAISO PERDIDO
¿Qué será el paraíso?
Tú, yo… y un cigarrillo
la noche es clara y serena
el tiempo se detiene en tus ojos marrones
una brisa pausada nos refresca la piel
tictic, tictic… ¿Puedes escuchar las luciérnagas?
Tú y yo, sentados en la escalera
en una charla hasta el amanecer.
Preguntaré ansiosa sobre los motivos
¿Cuál es tu inspiración para escribir?
Ya que hablamos de las miradas el lenguaje
me responderás sin palabra alguna
solo con el clásico y gracioso guiño
y los cascabeles sonoros de tu risa.
Tú y yo, sentados en la escalera
en una charla hasta el amanecer.
Eras médico de cuerpos
lo fuiste también de cien almas
altruista, escritor incansable
hijo, guerrero invencible
amigo, hermano, colega
para mí, casi un padre
valiente y entrañable tío.
Veintisiete fríos inviernos
anhelando el cobijo de tus brazos
echando de menos tus palabras infinitas
extrañando el eco de tu risa.
Mi corazón te sueña día tras día
cuando las gruesas gotas de lluvia
golpean el cristal de mi ventana
mientras se reflejan las que en mis ojos
fluyen libremente al recordarte.
Desearía que en aquella larga noche
declamaras tus mil y un poemas
compartir letras y sentimientos empolvados
y con alegría, revivirlos al calor de la tinta.
Tú y yo, sentados en la escalera
en una charla hasta el amanecer.
Pero tal sueño en mí solo habita
he perdido el dulce paraíso
o más aún… nunca lo tuve en mi regazo
pues cuando estaba contigo
era una chica de apenas diez años.
Ahora, que las preguntas me hierven dentro.
Ahora, que las canas tiñen mi cabello…
Te has ido para jamás volver.
Tú y yo, sentados en la escalera
en una charla hasta el amanecer.
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