Amenaza la noche con ser larga,
ahogarte con su tenebroso silencio,
llenarte de su corazón oscuro,
abrazarte con su labio tibio.
Amenaza el momento con ser eterno
con derribar el puente de tu seguridad
aplastarte las entrañas sin denuedo
hasta dar con tus huesos en el fango
ahogarte en el mar de las mil dudas
sin reparar en ti ni un momento
intimidarte la oscuridad por ser tan negra
la tiniebla por su espesura y su miedo.
Arremeterte con su sospecha en la garganta
enseñarte en lo desconocido el peligro
coaccionarte tu imagen en el espejo
reventarte en el fondo de la boca.
Al final cuando se aclara la estampa
y se destapan todos los misterios
encuentras el alivio en lo que observas
y respiras el aire limpio de la mañana.
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