Consejos de un vicioso

Consejos de un vicioso

Juan Hernández

06/07/2018

Consejos de un vicioso

todo ser humano necesita un vicio para ser feliz,

yo tengo muchos; pero no me juzguen,

sólo trato de ser un poquito

más feliz que el resto, y por eso me gusta regalar un par

de consejos a quienes son escépticos

al tema.

bebe, bebe como si

no hubiese un mañana o

un ayer, como si cada gota de

alcohol fuera un sustento

esencial en tu vida, como si al emborracharte, este

cochino mundo fuera a cambiar totalmente;

o por lo menos un poquito.

folla, haz el amor, piensa que del polvo que

te eches con esa rubia,

dependerán tus siguientes mil

orgasmos, y toda tu descendencia que aún no llega.

fuma, da caladas interminables a esa

colilla de cigarrillo, tal vez en una de ellas, la

vida se alarga en vez de acabarse.

ve a los casinos, juega blackjack como un

ludópata empedernido,

haz la pequeña revolución más

grande de la historia,

gánale al sistema, y deja sin trabajo

al dealer de turno.

oh, enamórate, no tengas cuidado con ello,

ama con

la fuerza de la primera vez y la sensatez de la última,

jura amor eterno que

dure lo que tarda la luna en esconderse.

mastúrbate, ¿por qué no lo harías?,

complace a tus genitales tantas

veces al día como sea

necesario; pero por favor,

no pienses en la mujer que amas cuando llegues

al clímax, porque si aún quieres penetrarla

después de terminar, entonces eso significaría

que ella es la indicada.

huele cocaína, montañas interminables de

polvo blanco, deja que

tu corazón acelere sin frenos

por la autopista de la muerte, no

permitas que ningún moralista te detenga.

haz lo que tengas que

hacer; porque si te vas de esta vida

sin haber caído en el

infierno, no habrá cielo al que valga la

pena ir.


El asiento delantero de mi carro

podría quedarme todo el

día echado

en el asiento delantero de mi

carro.

podría decirle a mamá que

he salido a trabajar, y decirle a mi jefe que me

he tenido que quedar enfermo en casa;

para estar tranquilito toda la jornada laboral,

en el asiento delantero

de mi carro.

podría pasar días y noches leyendo

a Bukowski, Fante, y Hemingway;

riendo y llorando con ellos, y,

puede que, envidiando la vida de

Chinaski, Bandini y Santiago;

en el asiento delantero de

mi carro.

podría estar madrugadas

y atardeceres enteros, bebiendo

cerveza, vodka y ron, tomando casi cualquier cosa

que no sea whiskey con sabor a mierda,

y fumando tantos cigarrillos como mi

garganta y pulmones aguantaran,

en el

asiento delantero de mi carro.

podría durar

horas escuchando la radio,

disfrutando a Ludwig o tal vez a los Decadentes;

sufriendo con los locutores

que no saben nada sobre la música, y

mucho menos de la vida,

en el asiento

delantero de mi carro.

podría, tal vez, ser feliz,

porque nunca nadie me

molesta

en el asiento delantero de mi carro.

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