DESTIEMPO DE LOS ROMÁNTICOS PASEANTES

DESTIEMPO DE LOS ROMÁNTICOS PASEANTES

Fran Nore

04/07/2018

1


Por tu cuerpo manan mis besos

como deliciosos néctares recorren tu piel

Refresca mi sed de amante desvariado

La seductora succión me extasía

embriagándome de dicha extrema

se excita de inmediato mi corazón a la reacción

Desencadenada tu desnudez se deposita en mis brazos

caricias de seda que ansiosas me perturban

Tu presencia maravillosa y perfumada

saborea mis revolcados sentidos

Y hueles a azaleas y a rosas de campos plenos

aroma exquisito del amanecer

olor de las hojas de acanto al viento

de las sutiles raíces de las berenjenas

Tal vez hueles a yerbabuena

o a carmín tu vulva excitada

he de socorrerte con mi abrigo de oso felpudo

ahora que tu plumaje de cisne me acoge con dulzura inusitada

Mi lengua vistosa y rosada moja tu epidermis

tu indefensión y tembladera

2

Declárate en franca rebeldía contra tus nubes amarillas

Deja que tu pequeño submarino de cristal te lleve

hasta el fondo de nuestro asunto amoroso

Deja que la traviesa locuela que habita tus ensueños

asome por mi ventana veraniega con su sombrerillo de color

Lleva las canciones del amor a los que todavía no aman ni sueñan

ahora que vives libre en un ramillete de sonrisas

y tus pasos recorren los sueños sin medida

simplemente déjate llevar por el sol de tu alegría

Y sonríe abiertamente al aire de las estaciones

pues tienes todo lo que quieres en esta simple y ordinaria vida

Descubre que ya te equivocaste las veces que quisiste

aceptando aprender a verte

al punto de borrar los malsanos recuerdos de tu mente

No es que busques la luz -no es necesario-

pues ya la sombra de tus miedos
corre por pasillos que desconoce tu voz
El impresionante hallazgo
te permite ver humedales inmóviles
Debes saber que una sombra no hace la luz
pero necesitas esa palabra cálida y urgente
que te recuerda que el destino
es ideal en las horas

Difícil volver a ser los de antes
vestidos de las extrañas pelmazas del verano


Espero te reconozcas en la que eres ya

La alegre visitante caminando al son del viento emancipador


3


He descubierto que las calles son más largas cuando no sonríes

y retorcidas bocas pronuncian nuestros nombres

¿Seremos los amantes que llaman entre las verjas?

No sé si merecemos que las sombras nos llamen

Igual no me importa demasiado

Y caminamos sonrientes con nuestros labios de tierra

con nuestros ojos de fuego apasionado

mientras una luna verde cae con la suave escarcha

sobre los guayacanes nocturnos deshojados

Se sacuden las hojas de los árboles

en el frío de la ausencia

su insaciable sed

La noche se ha hecho cómplice

de nuestras manos florecidas

Nuestros pies transitan levemente

descubiertos caminos imaginarios
somos miembros de un perpetuo campanario

Y exhalamos subterfugios

El horizonte funda en nuestros ojos

Parajes lejanos

Quiero renacer allí

A tu lado

Al igual que el guayacán amarillo en las tardes

florea al sol

su llamarada


4


Viajas sola por el mundo mientras en la distancia

brilla un velo azul flotante

Y el amanecer te baña con su claridad más nítida

y sus lágrimas de cristal

Me siento un náufrago sin realidad o demasiada

Es mi vida un laberíntico mapa de caminos secretos

y de extrañas interjecciones en mi memoria

que me retiene con su aliento hecho de tiempo

Al instante apareces como una luna loca

en la alteridad del recuerdo que dibujan mis palabras

mientras ausente contemplo el libro de tu vida

Y tú quién sabe dónde andarás robando sonrisas

Mis emociones me persiguen mustias y calladas

dejando huellas en la arena efímera

Y en la lejanía las olas del mar se acarician solitarias

Melancólico canto onomatopeyas de amor furtivo

Sólo hasta hoy entendí los ayeres que ya no están

y las palabras ambiguas de las noches felices

Sólo hasta hoy siento el viento de mis ilusiones vagas

revoloteando con las esfinges de mis sueños áridos

Y tú viajando sola por el mundo

mientras tu silueta inverosímil

se alimenta de viejas esperanzas y alegrías

de cantos y de odas tu libélula ninfómana de deseos

Caleidoscópica filigrana de ortografía inocente

Epígrafe de mi travieso niño hecho en la arena

La mariposa del ensueño se deposita en mis ojos

me cautiva cuando me cuesta mirar el tiritar de los días

5

Perezosa pera
muerdo
Su olor acandí
acuarimántima salmuera
su éxtasis oro

Me permití ser higo
cosecha próvida
atuendo salvador

Alucinado deambulo
en el hilo de la luna
su casa construida de selenitas disparadas

o con los meteoros que brincan

del tiempo
al universo perdido.

Será posible en el futuro

mi primavera celeste
el rayo tractor de tu amor


6


Navega tu cuerpo

En profundos sueños

Placenteras galerías


7


A lo lejos nuestra casa donde vivimos como en una fotografía del recuerdo

atestada de imágenes

mientras muere el tiempo en espejismos lentos

leo tu ternura de ojos escarlatas


8


Florece solitario en la pradera

Señor Viento

Me arriesgo a perseguir una brizna hasta el precipicio que pierde su delgada visibilidad

Mi caballo aéreo se extravía en las profundidades de un abismo sin luces ni resquicios. «¡Señor Viento, señor Viento!» Exclaman las voces de mis ecos


9


Que ciego no comprender que los números se transforman

Trampa o ardid dentro de los corazones heridos

Sabré morir en el costado del camino

Ya que no estás en ningún lugar

donde dices un mudo adiós

Donde mueren las horas próximas

Ahora regresamos de galaxias perdidas

Animales hipnóticos gravitando

Entre los elementos míticos:

La tierra y la soledad de la luna

Las voces de la noche y el olvido humano

La poesía: abismo azul


10


Dulce memoria que hieres

Te exijo la devolución de las cartas

Porque nuestro naufragio no puede ser estudiado ni leído

Y sólo es nuestra su nostalgia terrícola

Su olvido y trazo

recuerda que somos infancias truncadas

hechos de empujes

de afanes por llegar

a dónde

a qué destino

a qué extraño lugar

última soledad con flores y guitarras a unísono

estalla emitiendo las señales del canto de los días


Tu triste belleza de diosa desgarrada

En los altares de las vírgenes veredales

No hay verdad que opaque la belleza

La belleza ya es una verdad

El ritmo esencial de lo divino

Y su voz e imagen son espejo

Donde se reflejan los poemas

De las flores y del vino


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