1
Por tu cuerpo manan mis besos
como deliciosos néctares recorren tu piel
Refresca mi sed de amante desvariado
La seductora succión me extasía
embriagándome de dicha extrema
se excita de inmediato mi corazón a la reacción
Desencadenada tu desnudez se deposita en mis brazos
caricias de seda que ansiosas me perturban
Tu presencia maravillosa y perfumada
saborea mis revolcados sentidos
Y hueles a azaleas y a rosas de campos plenos
aroma exquisito del amanecer
olor de las hojas de acanto al viento
de las sutiles raíces de las berenjenas
Tal vez hueles a yerbabuena
o a carmín tu vulva excitada
he de socorrerte con mi abrigo de oso felpudo
ahora que tu plumaje de cisne me acoge con dulzura inusitada
Mi lengua vistosa y rosada moja tu epidermis
tu indefensión y tembladera
2
Declárate en franca rebeldía contra tus nubes amarillas
Deja que tu pequeño submarino de cristal te lleve
hasta el fondo de nuestro asunto amoroso
Deja que la traviesa locuela que habita tus ensueños
asome por mi ventana veraniega con su sombrerillo de color
Lleva las canciones del amor a los que todavía no aman ni sueñan
ahora que vives libre en un ramillete de sonrisas
y tus pasos recorren los sueños sin medida
simplemente déjate llevar por el sol de tu alegría
Y sonríe abiertamente al aire de las estaciones
pues tienes todo lo que quieres en esta simple y ordinaria vida
Descubre que ya te equivocaste las veces que quisiste
aceptando aprender a verte
al punto de borrar los malsanos recuerdos de tu mente
No es que busques la luz -no es necesario-
pues ya la sombra de tus miedos
corre por pasillos que desconoce tu voz
El impresionante hallazgo
te permite ver humedales inmóviles
Debes saber que una sombra no hace la luz
pero necesitas esa palabra cálida y urgente
que te recuerda que el destino
es ideal en las horas
Difícil volver a ser los de antes
vestidos de las extrañas pelmazas del verano
Espero te reconozcas en la que eres ya
La alegre visitante caminando al son del viento emancipador
3
He descubierto que las calles son más largas cuando no sonríes
y retorcidas bocas pronuncian nuestros nombres
¿Seremos los amantes que llaman entre las verjas?
No sé si merecemos que las sombras nos llamen
Igual no me importa demasiado
Y caminamos sonrientes con nuestros labios de tierra
con nuestros ojos de fuego apasionado
mientras una luna verde cae con la suave escarcha
sobre los guayacanes nocturnos deshojados
Se sacuden las hojas de los árboles
en el frío de la ausencia
su insaciable sed
La noche se ha hecho cómplice
de nuestras manos florecidas
Nuestros pies transitan levemente
descubiertos caminos imaginarios
somos miembros de un perpetuo campanario
Y exhalamos subterfugios
El horizonte funda en nuestros ojos
Parajes lejanos
Quiero renacer allí
A tu lado
Al igual que el guayacán amarillo en las tardes
florea al sol
su llamarada
4
Viajas sola por el mundo mientras en la distancia
brilla un velo azul flotante
Y el amanecer te baña con su claridad más nítida
y sus lágrimas de cristal
Me siento un náufrago sin realidad o demasiada
Es mi vida un laberíntico mapa de caminos secretos
y de extrañas interjecciones en mi memoria
que me retiene con su aliento hecho de tiempo
Al instante apareces como una luna loca
en la alteridad del recuerdo que dibujan mis palabras
mientras ausente contemplo el libro de tu vida
Y tú quién sabe dónde andarás robando sonrisas
Mis emociones me persiguen mustias y calladas
dejando huellas en la arena efímera
Y en la lejanía las olas del mar se acarician solitarias
Melancólico canto onomatopeyas de amor furtivo
Sólo hasta hoy entendí los ayeres que ya no están
y las palabras ambiguas de las noches felices
Sólo hasta hoy siento el viento de mis ilusiones vagas
revoloteando con las esfinges de mis sueños áridos
Y tú viajando sola por el mundo
mientras tu silueta inverosímil
se alimenta de viejas esperanzas y alegrías
de cantos y de odas tu libélula ninfómana de deseos
Caleidoscópica filigrana de ortografía inocente
Epígrafe de mi travieso niño hecho en la arena
La mariposa del ensueño se deposita en mis ojos
me cautiva cuando me cuesta mirar el tiritar de los días
5
Perezosa pera
muerdo
Su olor acandí
acuarimántima salmuera
su éxtasis oro
Me permití ser higo
cosecha próvida
atuendo salvador
Alucinado deambulo
en el hilo de la luna
su casa construida de selenitas disparadas
o con los meteoros que brincan
del tiempo
al universo perdido.
Será posible en el futuro
mi primavera celeste
el rayo tractor de tu amor
6
Navega tu cuerpo
En profundos sueños
Placenteras galerías
7
A lo lejos nuestra casa donde vivimos como en una fotografía del recuerdo
atestada de imágenes
mientras muere el tiempo en espejismos lentos
leo tu ternura de ojos escarlatas
8
Florece solitario en la pradera
Señor Viento
Me arriesgo a perseguir una brizna hasta el precipicio que pierde su delgada visibilidad
Mi caballo aéreo se extravía en las profundidades de un abismo sin luces ni resquicios. «¡Señor Viento, señor Viento!» Exclaman las voces de mis ecos
9
Que ciego no comprender que los números se transforman
Trampa o ardid dentro de los corazones heridos
Sabré morir en el costado del camino
Ya que no estás en ningún lugar
donde dices un mudo adiós
Donde mueren las horas próximas
Ahora regresamos de galaxias perdidas
Animales hipnóticos gravitando
Entre los elementos míticos:
La tierra y la soledad de la luna
Las voces de la noche y el olvido humano
La poesía: abismo azul
10
Dulce memoria que hieres
Te exijo la devolución de las cartas
Porque nuestro naufragio no puede ser estudiado ni leído
Y sólo es nuestra su nostalgia terrícola
Su olvido y trazo
recuerda que somos infancias truncadas
hechos de empujes
de afanes por llegar
a dónde
a qué destino
a qué extraño lugar
última soledad con flores y guitarras a unísono
estalla emitiendo las señales del canto de los días
Tu triste belleza de diosa desgarrada
En los altares de las vírgenes veredales
No hay verdad que opaque la belleza
La belleza ya es una verdad
El ritmo esencial de lo divino
Y su voz e imagen son espejo
Donde se reflejan los poemas
De las flores y del vino
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