“Su rostro cansado del día, sonríe al despedir la tarde.

Una suave brisa nublada, empapa el viento de su mirada.

Suelta de apoco la jornada y asume el camino de su viaje, Rápido y confiado de regreso, tocado por la lluvia ¡Que coraje!.

Pronto llega, abre la puerta, y abraza una suave soledad, que hace sublime su descanso, suspira al recordar, la ternura y el amor en su desván.

Reclinando un poco su cabeza, atrapa de un apuro la absurda alegría de sólo despertar, que le ha servido como basto alimento, para que nunca lo vean llorar. “

Tata Toro Noviembre 3 2015

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS