Los sentimientos del pan

Los sentimientos del pan

Mila Clemente

14/08/2024

Caminaba sin rumbo cuando ese olor invadió mis sueños. Era pan recién horneado, el que envolvió mis peores sentimientos. Así comenzaron a marchar, poco a poco, sin prisa, para calmar mi decaído corazón. Como se suele decir; «las penas con pan son menos penas». 

Un trocito de pan probé y con su sabor mis ojos avivaron el placer. Placer que conmovió mi ser. Entonces algo dentro de mí me advirtió: con un poquito de queso sabrá mejor. De vaca, de oveja o de cabra, qué mas da, cualquiera mezclado con el pan mis anhelos alentará.

A la mañana siguiente pensé en un pan caliente. Quizás con mermelada o miel, creí que mis sentimientos estaban a flor de piel, pues siempre el dulce reconfortaba mi ser. 

Un recuerdo inundó mis pupilas, con el que regresaba al pasado y el hambre me angustiaba. Gracias a la caridad, aquel cuscurro de pan me sació. Ahora, ese recuerdo se encuentra oculto entre uvas y pan, y con sabor a beso lo recibo en mis labios con amor. 

El pan, tan sencillo y diverso a la vez; con semillas o pasas, con trigo o centeno, con cebada o avena, todos cocinados con salero y alegría para complacer el día a cualquiera. Qué será que cuando me siento inspirada, el pan con cacao lo ansío y las palabras escribo con más brío. 

Mi querido pan, si algún día no te puedo catar que tu sabor se esconda en el rincón de los olvidos.

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