Tanto viajar por el mundo, por épocas desconocidas, por lugares sombríos y también soñados, tu camino recorrido terminó aquí y ahora. Eres vida, para dar más vida. Tu potencia me sacia; y busco llovizna de tu fruto bendito, para todos.

Épocas que siguen girando y nunca termina. El polvo blanquecino en el aire, que se disuelve en el tiempo, invita a que te reproduzcas.

Los demás ingredientes te acompañan, para fortalecer el alma y construir puentes de amistad y amor. De unión y oración. De esperanza y pasión.

La tierra te necesita, como tú al astro rey. Bendición de los dioses, surges en cada camino sin distinción de razas ni palabras; solamente te muestras, te das, te entregas y bendices, por haberlo hecho.

Quiero tu nombre ancestral; y tu villano entregador. Nadie como tú diste lo más preciado, como saciar el hambre. Del polvo viniste y al polvo vas, en cada mañana, para dejar sonreír un niño, un anciano, un ser viviente.

Tienes la apertura de un Dios y un ángel que con alma propia te acompaña en tu recorrido. No llames por ayuda. Estarás segura donde vayas, donde caigas, donde te reproduzcas.

Gracias por lograr sortear obstáculos, por llamar al viento a tu favor, por engendrar la lágrima, que cae por alegría y emoción. Por hacer caer gotas enormes del cielo para tu crecimiento y compasión. 

Semilla de trigo, te transformaste en el pan de cada día del planeta. Bendita eres! Que fluyas en todo campo y toda ciudad. Venerada eres y así seguirás eternamente surcando los aires del dolor, del amor, del perdón, de la inocencia y de la supervivencia. Pan de vida; dadora de vida!

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